10/06/2023
A mi amiga, mi maestra y compañera
Mi querida luisa Varela
Como olvidar aquellos viejos tiempos?.... haya por el año 1988, cuando, recién salido del cascaron como auxiliar de enfermería, inexperto, inseguro, lleno de temores y de preguntas en mi primer paso sobre una ambulancia en esa guardia de base central, por aquel entonces en la guardia del hospital San Bernardo tuve la gracia, la dicha, la inmensa fortuna de encontrarme con vos, la que ya en aquel entonces era una de las virtuosas referentes de la emergencia …
Como no recordar y agradecer eternamente tu apoyo, tus enseñanzas, tus palabras de aliento, llevándome, guiándome, enseñándome todo lo necesario y más, de lo que yo necesitaba saber y conocer, para empezar a caminar este camino que hoy me llevo a cumplir ya casi 30 años de profesión, en este terreno que, para mí en aquel entonces era impenetrable, imposible de pisar….
Esta Institución cumplió sus 31 años y, estoy más que seguro que no hubiera llegado hasta aquí si no hubiera sido por la presencia, la constancia, el compromiso y sobre todo la inmensa vocación de servicio de aquellas personas que, como vos que, con el más amplio sentido ético y moral, y el respeto personal e Institucional, lo dejaron todo y mucho más durante tantos años, solo porque sí, como debe ser, al detalle, sin dejar nada al azar, con códigos, con el más absoluto profesionalismo y plena dedicación en todas y cada una de sus acciones
Hoy te vi llegar, mi querida luisa, saliendo de tu guardia, como siempre como cada una de tus incontables guardias durante todos estos años y, aunque estas a un pequeño paso de retirarte por tu jubilación, te vi llegar con la misma fuerza, el mismo amor, la misma dedicación, el mismo compromiso y profesionalismo de siempre dejando en mí, como siempre, una enseñanza, un consejo, una palabra oportuna que aun hoy, me permiten seguir aprendiéndote y admirándote….
Soy un eterno agradecido y me siento inmensamente orgulloso de haber recibido tanto de vos mi amiga, has marcado huella en esta casa, tu casa, una huella que va a perdurar en el tiempo y la distancia, una huella que solo son capaces de dejar los más grandes, los que saben entrar y salir solo por la puerta grande y con la frente bien alta…
Dios te bendiga a vos y tu descendencia que seguro continuaran con tu obra porque son de tu madera, la mejor madera…
Mil, mil, mil gracias….
Te quiero mucho… mailendiii!!!!
Lic. Juan Santos López