04/12/2024
¿Por qué estás tan callado? ¡es el día el médico!
Una posible respuesta es que al reflexivo silencio, la medicina lo ha estimulado. Otro tres de diciembre significa más secretos en la mochila. Eso es lo que acumulamos los clínicos, secretos. Datos que nuestros pacientes no compartirían con sus parejas ni con sus mejores amigos. Ése embarazo del que sus padres que pagan la consulta no tienen que enterarse. esa botella de más cada noche, escondida a todos. ése cáncer que aún no logró comunicar a nadie. esas deudas que están por acabar con su familia y con sus coronarias. ésa aventura del verano pasado de la que nadie sabe pero no lo deja dormir. ésas dr**as de las que está intentando salir pero no se puede conocer por ser personalidad política. esos asaltos a la heladera por las noches. esos llantos desesperados desde hace un año que no se explican. esas pequeñas pérdidas cognitivas que estás notando cada vez más frecuentemente y para las que hoy no hay nada que hacer… Toda información que nos confían. Digo nos confían porque confían en que será usada sólo para beneficio de su salud. Y así es. Historias que coquetean con distanciarme del otro pero solo me hacen amar más lo humano. El misterio y la belleza de lo humano, que siempre se hace más visible en el límite más cercano al Horror. Trabajamos con la flor del pantano, la que nace del estiércol. Somos testigos los médicos de El Límite. De aquella situación donde aún no llega la prensa que todo lo invade. El abandono, lo asqueroso, lo oloroso, lo podrido, el dolor más indecible, la desesperanza… los traumas pasados de los que ya no se sale. Y sin embargo allí, la esperanza de lo humano. La dignidad imposible de eludir. Desafío diario para los médicos buscarla y encontrarla en los peores lugares. Reconocer la dignidad y resistir a la “natural evolución” de deshumanizarse frente a tanto sufrimiento ajeno.
Pasa otro día del médico y me agarra más médico y más paciente que nunca.
Sospecho que la oración precedente será vigente para todos los próximos 3 de diciembre. Porque el tiempo corre para todos. Sanador herido. Enfermos cuidando enfermos. Acompañando a sanar, cuidando siempre, curando a veces. Jugando al arte de la más humana de las ciencias y la más científica de las humanidades.
En éste camino los médicos tenemos un beneficio. Juzgar no es tarea nuestra, hermosa bendición. Dejar la decisión de la culpa, los barrotes o el cadalso a los jueces o a los dioses y sólo desear el bien a quien tengo al frente. Aunque no me agrade. Si hay algo que tenemos que agradecer los médicos es que haya quedado fuera del espectro de nuestras tareas el Juzgar. Trabajar solo para disminuir el sufrimiento humano, no salirnos de ahí. Gracias a Dios por ello. Y feliz día a mis Colegas!