06/12/2025
ACTO ACADÉMICO 2025 6TA PARTE
Se leyó el discurso que refleja el pensamiento actual del Consejo Directivo, de la realidad médica en nuestra Comunidad.
En esta ocasión y por la ausencia de nuestro presidente el Med. Mauricio Ariel Figueroa, el texto fue leído por nuestro Secretario General Med. Pablo Guillermo Marín.
"Queridas médicas, queridos médicos, familias y amigos que hoy nos acompañan:
Gracias por estar acá.
Este es un encuentro que tiene algo especial: es, a la vez, un cierre de año, un homenaje y un abrazo colectivo.
Es el momento en el que la comunidad médica de Catamarca se reúne para mirarse, reconocerse y recordar por qué hacemos lo que hacemos.
Cada año nos plantea desafíos nuevos. Algunos los esperábamos; otros nos sorprendieron. Pero todos, sin excepción, nos encontraron unidos por aquello que nos trajo a esta profesión: el deseo profundo de cuidar la vida humana, aun cuando el contexto parece más incierto que nunca.
Este 2025 nos encontró creciendo, consolidando caminos y abriendo otros nuevos.
Nuestro Colegio alcanzó una estabilidad institucional que nos permitió mirar más lejos.
Hoy Catamarca tiene una presencia real en el país: por primera vez fuimos elegidos para conducir la Secretaría de Acción Social de CONFEMECO. Un hecho histórico, pero sobre todo un orgullo para quienes creemos que nuestra provincia puede y debe ser protagonista.
También fue un año donde apostamos fuerte a la formación.
Los Cursos de Actualización, que nacieron como un sueño pequeño, hoy conectan a seis provincias, y el próximo año serán ocho.
Esto significa algo más que números: significa que desde Catamarca estamos generando conocimiento, acercando ciencia, impulsando debates, ayudando a que la medicina de nuestra región crezca junta.
Es un faro que ojalá no dejemos de encender nunca.
En ese mismo espíritu, nuestras residencias médicas –siete, acreditadas y controladas– siguieron siendo el corazón de la formación especializada.
Sabemos que no es fácil. Que hoy muchos jóvenes dudan.
Las guardias interminables, la carga emocional, los sueldos insuficientes, el cansancio… todo eso pesa.
Pero también sabemos que la residencia es una escuela que nos marca para siempre.
Es el lugar donde aprendemos a trabajar en equipo, donde entendemos lo que significa sostener a otro, donde descubrimos que la técnica sin humanidad no alcanza.
Acompañar, fortalecer y cuidar nuestras residencias es proteger el futuro de la medicina en Catamarca y en el país!.
También avanzamos en exámenes de especialidad, convenios con sociedades científicas y en el control del ejercicio profesional.
Y acá quiero detenerme un momento:
El control no es un obstáculo.
No es una traba.
Es una garantía para el paciente, para su seguridad y una defensa de la buena medicina.
Por eso no podemos aceptar propuestas que plantean “liberar” la matrícula.
Cuando se libera la matrícula, se libera también la seguridad.
Y ninguna sociedad, ninguna autoridad puede darse ese lujo.
Este año también vimos, con preocupación, que cada vez menos médicos eligen Catamarca para formarse o radicarse. Nuestros legajos de ingreso lo señalan como una alerta ya presente!
Es una realidad que nos interpela y que debemos enfrentar juntos, con creatividad y responsabilidad.
Y a la vez, como si fuera poco, vivimos un país que atraviesa dificultades económicas, sociales y ambientales que golpean directamente a la salud y a la salud pública en especial.
Pero aun así, ustedes –nosotros– seguimos.
Guardia tras guardia, paciente tras paciente, sosteniendo con vocación lo que a veces parece insostenible.
Y eso emociona.
Eso nos conmueve.
Eso nos recuerda quiénes somos.
Por eso hoy quiero invitarlos a algo sencillo y profundo:
Acérquense al Colegio. Participen.
Construyamos juntos.
Ninguna institución puede crecer si quienes la integran solo la observan desde afuera.
Necesitamos voces nuevas, ideas nuevas, voluntades nuevas.
La medicina se fortalece cuando dejamos la crítica pasiva y nos convertimos en parte activa del cambio.
Queridos colegas: en esta sala estamos profesionales de distintas edades, especialidades y trayectorias. Pero nos une una vocación que no envejece.
En un mundo donde la tecnología avanza más rápido que nuestra capacidad de entenderla, les propongo detenernos un instante y hacernos dos preguntas esenciales:
¿Para qué sabemos lo que sabemos?
¿Qué sentido tiene nuestro conocimiento si no se traduce en un gesto humano?
Porque la verdadera innovación no está en la máquina, sino en el médico que decide cómo usarla.
Y la ética del hacer siempre será más poderosa que la ética del decir.
Que al volver a nuestros consultorios, hospitales y guardias lo hagamos con una vocación renovada, recordando que la Medicina clínica y quirúrgica, del niño y del adulto mayor, de la madre gestante siguen siendo los pilares que sostienen esta tarea inmensa y hermosa de cuidar la vida.
No olvidemos esta realidad de la que nadie escapará, y que todos seremos pacientes: Cuando una persona se enferma, todo se detiene un poco.
Aparece la incertidumbre, el temor, la fragilidad. Y ahí es donde el gesto de un médico —una palabra, una mirada, una mano que se acerca— puede cambiarlo todo.
Esa mano que no siempre cura, pero siempre contiene; que no siempre resuelve, pero nunca abandona. Ese gesto simple y humano es, muchas veces, la diferencia entre sentirse solo y sentirse cuidado, no solo alivia el cuerpo sino sostiene el alma.
Eso es lo que dignifica esta profesión.
A la familia médica, gracias.
Gracias por esperar, por entender, por acompañar, por compartir noches sin sueño y días interminables.
Nada de lo que hacemos sería posible sin ustedes.
En nombre del Colegio de Médicos, deseamos que el próximo año nos encuentre unidos, firmes, construyendo, soñando y levantando esta profesión que tanto amamos.
La salida de cualquier crisis -lo hemos aprendido una y mil veces- siempre viene del mismo lugar: del trabajo, de la excelencia y del compromiso honesto con la comunidad.
Los abrazo a todos.
Muchas gracias.
CONSEJO DIRECTIVO
COLEGIO DE MÉDICOS DE CATAMARCA