31/07/2025
"Toda enfermedad tiene también un origen emocional."
Hay heridas que el cuerpo grita cuando el alma ha callado demasiado.
Y cuando es el cerebro el que enferma, el mensaje es urgente:
¿Dónde quedaste vos en tu propia vida?
Detrás de un ACV, a menudo hay un pensamiento silenciado durante años:
"Nadie piensa en mí."
Y esa frase —aparentemente simple— encierra un universo de abandono emocional, de silencios impuestos, de necesidades postergadas.
El cerebro, ese órgano tan protegido, tan resguardado por el cráneo, nos está diciendo algo:
Así como cuidamos su estructura… deberíamos cuidar también nuestra identidad, nuestra voz, nuestro ser.
Pero cuando olvidamos quiénes somos…
Cuando vivimos para agradar, para cumplir, para no molestar…
Nos alejamos de nosotros mismos. Y ese vacío, tarde o temprano, se siente.
En el cuerpo, en la mente, en la tristeza inexplicable de no saber quién se refleja en el espejo.
No alcanza con comer sano, ni con ir al gimnasio.
Las emociones que no se dicen, que no se abrazan, que no se procesan…
se almacenan en el cuerpo como bombas silenciosas.
Lo inconsciente siempre encuentra una forma de hablar.
Y cuando lo hace, puede ser demasiado tarde.
Locomotora, te llamaban. Y con razón.
Te sentiste sola tantas veces…
Desde muy chica te enseñaron que llorar era una debilidad.
A los 7 ya trabajabas en el campo, lejos de tu mamá.
Te fuiste de casa siendo una adolescente. Fuiste madre a los 15.
Viviste la violencia. Y seguiste. Siempre seguiste.
Cargaste dos hijos sin ayuda, sin descanso, sin certezas.
Fuiste campeona. Y aun así, a veces no alcanzaba para pagar la luz.
Te partías en mil para entrenar, para criar, para sostener.
Y aún rodeada de gente… sentías que nadie pensaba en vos.
Hoy, desde tu silencio eterno, nos dejás un mensaje que no podemos ignorar:
Hacer consciente lo inconsciente no es opcional. Es vital.
Porque callar lo que duele no lo cura.
Porque ser fuerte no debería ser sinónimo de olvidarse de una misma.
Que tu historia no se repita.
Que tu vida no haya sido en vano.
Que tu memoria nos despierte.