24/03/2025
QUE PASA SI TUS MALOS HÁBITOS SON EN REALIDAD UNA RESPUESTA AL TRAUMA?
PROCASTINACION
Cuando cada movimiento que hacías de niño era criticado o nunca
era suficiente, aprendiste a evitar empezar por completo.
No es pereza, es autoprotección ante el miedo a ser juzgados.
PEDIR PERDÓN POR TODO
Si el amor en tu familia te parecía
condicional, aprendiste a disculparte por el simple hecho de existir. Pedir
disculpas en exceso es un intento del sistema nervioso de protegerte de la ira, la culpa o el rechazo.
PERFECCIONISMO
El perfeccionismo no se trata de ser el mejor: se trata de evitar el castigo, la vergüenza o la decepción de los cuidadores que te hicieron sentir que los errores eran imperdonables.
AISLARSE
Cuando la familia se sentía insegura o agotada, el aislamiento se convertía en tu refugio. Alejarse no es estar "distante", es protegerse de más daño emocional.
HIPERINDEPENDENCIA
Cuando no podías contar con el apoyo de tu familia, aprendiste a no depender nunca de nadie. La hiperindependencia es tu armadura contra la decepción.
SOBREPENSAR
Si creciste en un hogar impredecible, pensar demasiado se convirtió en tu herramienta de supervivencia: constantemente estabas buscando peligros, te preparabas para lo peor y nunca te sentías verdaderamente a gusto.
DISOCIACIÓN
Cuando éramos niños las emociones se volvían demasiado abrumadoras o el caos demasiado intenso, nuestra mente aprendía a escapar.
Desconectarse no es pereza: es una respuesta traumática a momentos insoportables.