
09/04/2024
Un sistema que caló profundamente en la mente de el hombre
eliminó su instinto
aniquiló su intuición
desconecto su alma
lo alejo de lo sencillo
lo confrontó con su medio natural e original
le hizo creer que era incompleto
le creo necesidades superfluas
lo lleno de ansiedad y lo llevó a correr y a ambicionar, a quedar preso de su propia codicia.
El hombre quedo enfrentado consigo mismo, del cual poco realmente sabía, creyó mentiras de sí mismo y de la vida, pero no confió en lo más profundo y más autentico, no cuestionó, no se interrogó. Su
corazón siguió latiendo desganadamente.
Una vida gris, vida sin luz.
Poseído quedó por un entusiasmo distorsionado, que le hizo daño, que le generó insatifacción, tristeza, un estado de infelicidad, una necesidad por llegar "más allá", a donde "todos" van.
Allá lejos quedó el niño qué trepaba árboles
jugaba con el agua de lluvia
se tiraba y rolaba en la arena.
Allá lejos quedo la sorpresa, el asombro, las palabras de amor.
Allá los sueños verdaderos, los reales.
Allá lejos una parte del hombre sigue intacta y no es presa de ningún sistema, ni propaganda, ni nada!!.
Habrâ que preguntar.
Tendrá que preguntarse.
¿Cuando fue que el mundo comenzó a tener un dueño?
¿Cuando fue que todo se volvio frío y hostil?
¿Cuando la vida comenzó a tener un precio?
¿Cuando fue que alguien creyó saber que era mejor para aquel hombre, y todos los hombres del mundo?
¿Cuando ese hombre dejó de mirar al cielo, abrazar el árbol y besar la tierra?, ¿ Cuando la mentira tomó tanto poder?.
El hombre debe abrir su alma a una nueva consciencia, tan necesaria.
Renacerá así el hombre a una vida nueva, una vida buena,
un hombre que se conoce y se ama, e irradia el amor que lo habita, porque es feliz,
un hombre que a pesar de la vida y sus momentos, decidío hacer una pausa, cortar la cadena de un sistema opresor y alienante y conectarse a la existencia,
un hombre que buceo en sus profundas aguas, casi insondables, buscando aquello que yacía dormido, y abrazo su espíritu y no lo soltó jamás,
un hombre que camina con su intuición,
un hombre nuevo que ama porque ama y siente su casa al universo y al cielo como su techo
un hombre que habla con las estrellas y conversa con las flores, se alimenta de la tierra que cultiva y comparte su alimento con quien quiera también,
un hombre que no lo acosa ni la ambición ni el tener, pues se siente pleno y nada más pretende,
un hombre que comprendió que la sencillez no es escasez y la abundancia es abundancia si hay amor.
Amparo Charo Jiménez
Fragmento de "Yo Soy Luz"