05/10/2023
1. Lo primero es mejorar la salud
Decía que para ello hay que respirar profunda y rítmicamente al aire libre, llenando bien el abdomen. Beber diariamente en pequeños sorbos, dos litros de agua, comer muchas frutas, masticar los alimentos del modo más completo posible, evitar el alcohol, el tabaco y la automedicación, así como bañarse diariamente.
2. Intentar desterrar del estado de ánimo, por más motivos que existan, toda idea de pesimismo, rencor, odio, tedio, tristeza, venganza.
Evitar personas maldicientes, viciosas, ruines, murmuradoras, indolentes, chismosas, vanidosas, vulgares, o que la base de sus ocupaciones y conversaciones siempre sean tópicos malignos. Esta regla es de importancia decisiva, por cuanto se trata de cambiar la contextura espiritual del alma. La suerte no existe: El destino depende de los propios actos y pensamientos.
3. Hacer todo el bien posible
Auxiliar a todo ser que lo necesite siempre que se pueda, pero jamás tener debilidades por ninguna persona. Cuidar las propias energías.
4. Olvidar toda ofensa, más aún: esforzarse por pensar bien siempre
Todos los grandes seres se han dejado guiar por esa suave voz interior. Hay que destruir todas las capas superpuestas de viejos hábitos, aturdimientos, pensamientos y errores que enmascaran la profunda esencia del ser, que es perfecta.
5. Refugiarse todos los dias, por lo menos media hora, en un lugar tranquilo donde nadie pueda perturbar
Eso fortifica enérgicamente el cerebro y pone en contacto con las buenas energías. En ese estado de paz y silencio, surgen a veces ideas luminosas, que con el tiempo uno se llega a percatar que fueron un elemento fundamental para la solución de problemas. Y es que ellas brotan de esa dimensión profunda y honda del ser humano a la que Sócrates llamaba daimon.
6. Guardar silencio de todos los asuntos personales.
Abstenerse de referir a los demás, todo cuanto se piense, se oiga o se descubra, o asustos personales hasta tanto se verifique, compruebe o se tenga la completa certidumbre.
7. Jamás temer a los seres humanos.
Cuando el alma está fuerte, limpia, humilde, todo sale bien. Jamás creerse solo, ni débil. El único enemigo eres tu mismo o tu egolatría.