15/01/2024
Muchas Gracias Norma Hayes Dorita Machado
El paso, por Bert Hellinger
El paso hacia adelante es nuevo, a no ser que resulte ser un paso circular. A pesar de que aparentemente va hacia adelante, se adelanta retrocediendo. El paso decisivo hacia delante es el “Sí” hacia aquello que nos espera, aun cuando le deban seguir muchos pasos más para llegar a una nueva meta.
El paso hacia adelante es una empresa arriesgada. Requiere de todo el coraje para darlo, ya que con él dejamos atrás algo que hasta este momento nos resultaba familiar. Cuanto más se aleja de aquello que nos era familiar, cuanto más atrás lo deja, tanto más valor tenemos al dar el próximo paso y tanto más solitarios nos volvemos por él.
Nos resulta fácil decir “Sí” a lo familiar. A lo desconocido lejano, hacia donde lleva nuestro próximo paso, hacia adelante, seguir diciendo “Sí” a eso sin poder prever las consecuencias de ese “Sí”, exige, en el amor, lo último. Este “Sí” es entrega a otra conducción. Nosotros damos esos pasos porque esa conducción señala el camino y los damos hasta el punto que ella indica.
A veces debemos esperar porque esa conducción se retira de nosotros.
Perdemos la orientación, a menudo porque buscamos continuar moviéndonos en una dirección que nos parece más deseable, es decir, cuando nosotros, en lugar de seguir entregados a ella, dudamos ante el próximo paso. Entonces giramos, en el punto hasta el cual ya habíamos avanzado en ese camino, nuevamente en el círculo de la repetición y en él nos cansamos.
Giremos hacia donde giremos, hacia la derecha o hacia la izquierda, giramos en el mismo círculo. Aquí sirve una sola cosa: detener el paso y parar desorientados.
Repentinamente cae el muro contra el cual dimos, y la vista se abre. Delante nuestro se pasea una luz, aunque siga siendo de noche, y hacia esa oscuridad damos, con valor, los próximos pasos, uno después del otro, paso por paso el próximo “Sí”.
¿Hacia dónde llevan esos pasos? Hacia un amor amplio, hacia profundidades insospechadas, hacia una última paz profunda, plenos en otro lugar, siendo uno con todo —uno en movimiento con él.