
26/05/2025
HHoy es un día profundamente triste. Nos toca despedir a alguien inmenso.
Doc Ávila, nuestro querido “Doc”, como te llamábamos con cariño quienes tuvimos el privilegio de conocerte y quererte.
Es imposible olvidar tu sonrisa franca, tu mirada aguda y esa perspicacia que iluminaba cada conversación.
Imposible olvidar tu apoyo incondicional a quienes fuimos tus alumnos, residentes, discípulos y colegas.
Me enseñaste tanto dentro del quirófano… pero aún más fuera de él.
Tenías la humildad de los grandes. “¡Yo aprendo de ustedes, Fer!”, me decías.
Y yo tengo la tranquilidad de habértelo dicho más de una vez: fuiste un verdadero maestro. Para mí, un padre profesional.
Hoy te fuiste. Te arrebataron la vida. Qué injusta puede ser la vida a veces… se lleva a los mejores.
Los que te queremos, los que te admiramos, pedimos justicia. La merecés. La necesitamos.
Te llevo en mi corazón, querido Doc. Siempre.