Hola, soy Julián, el creador de Dharma.
El nacimiento de este emprendimiento es el camino de una persona de pasar de tener una “buena vida", a querer matarse y renacer en un estado de mayor bienestar de su vida. Es un ejemplo de que el mayor sufrimiento en la vida es un potencial cohete hacia la mayor felicidad.
El proceso de creación de Dharma, me llevó a comprender una frecuente frase de uno de mis maestros:
En el 2012 tuve un ataque de pánico que cambió mi vida. Ese episodio fue el inicio de la muerte de lo que era yo en ese momento. Se había iniciado un proceso que me llevaría a los seis meses más duros de mi vida.
Dos meses después de ese ataque, y de varios de menor calibre, vino una etapa de fuerte depresión. Pase de “todo me da miedo” a “no quiero vivir más”. En este estado todo te parece gris: hay poca hambre, la comida no tiene gusto, no hay deseo sexual, nada te divierte, las emociones se fusionan en un estado predominante de desesperanza. Poco a poco el intelecto te va guiando a la irrefutable conclusión de que vivir así no tiene sentido y que hay que parar de sufrir. Ahí es cuando los pensamientos sobre quitarse la vida empiezan a ser cada vez más convincentes.
Me comprometí a vivir “sin importar cómo” y a morir cuando Dios lo disponga. Esta resolución vino de una reflexión: “si mi voluntad personal no me trajo a la vida, no es lógico que me la quite”. Además, sabía que hacerlo no era algo natural, y que iba a generar infinito sufrimiento en mis seres queridos. Vi el gran egoísmo en eso, y encontré la determinación y el deseo de volver a ser "como antes", a tan solo disfrutar de la vida, lo que me llevó, rápido, a buscar ayuda. Intuía que tarde o temprano tenía que volver a sentirme bien.
Así, empezó mi búsqueda interior. Seis meses de psicoanálisis me ayudaron a salir del pozo. Ya volvía a disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, como el olor de una tostada recién hecha por la mañana. Tras seis meses más, ya casi no tenía pensamientos aterrorizantes. Había removido la tensión superficial. A varios años de psicoanálisis, y otras psicoterapias, le siguieron la meditación, el yoga, plantas medicinales, y el trabajo interior directamente sobre la naturaleza de la mente y la conciencia. Con dedicación y tiempo fui encontrando respuestas que no son solo conclusiones intelectuales, sino confirmaciones de una experiencia de mayor satisfacción, amor y paz en la vida.
Me estaba volviendo más saludable, más exitoso con menos esfuerzo, más feliz y más capaz de amar auténticamente. Empecé a descubrir mi Ser interior. Resulta que tocar fondo es lo mejor que te puede pasar –uno realiza esto luego de salir del fondo-. Indirectamente, se empezaron a resolver la mayoría de mis problemas. Encontré mi vocación, reconocí mis habilidades y talentos, la sexualidad, mi energía vital creció y, también, el disfrute de la vida en cada área: deporte, relaciones y trabajo.
Durante este proceso, comencé a formarme como profesor de yoga y en la filosofía espiritual, aprendiendo técnicas terapéuticas como la meditación, la contemplación y la autoindagación, que apliqué en mí mismo desde entonces, y me llevarón progresivamente a descubrir el propósito de mi vida.
Gracias a las grandes personas que la vida me brindó como mentores, encontré lo que uno de ellos señala: “Un camino intrínsecamente reconfirmado por el descubrimiento y la experiencia interna. La seguridad y el apoyo de la certeza interior y la firme convicción que es consecuente al estudio, la recopilación personal, y la investigación”.
Dejo que la claridad de David R. Hawkins explique mejor el camino hacia la Verdad:
¿Existe alguna cosa en el Universo que te devuelva algo a cambio de nada?
Oh, si, sin duda existe. Has olvidado y no sabes experimentar tu propia libertad. Lo que se te está ofreciendo no es algo que se tenga que adquirir. No es algo que sea nuevo ni que esté fuera de tí. Ya es tuyo y solo tienes que redescubrirlo. Se manifestará por su propia naturaleza.
¿Cuál es la verdad acerca de este viaje? La verdad es que, a medida que avancemos hacia el interior y descartemos una ilusión tras otra, una mentira tras otra, un programa negativo tras otro, nos volveremos más y más ligeros. La conciencia de la presencia del amor se hará cada vez más fuerte. Viviremos la vida con un esfuerzo cada vez menor.
Mi misión y, la de Dharma, es la de presentar los medios para el desarrollo espiritual interior de la forma más clara posible, sin dogmas ni sistemas de creencias. Un camino comprobable a cada paso por vos mismo.
Bienvenidos a Dharma.