01/09/2023
Enferme
Mi sistema hormonal, linfático, inmunitario y motriz enfermaron conmigo.
De su mano (¿antes huevo o gallina?)
Mi paisaje
emocional evocaba cada vez más y más nube, apatía y confusión.
No sabían. No encontraban.
Tiré de conocimientos fitoterapéuticos, de apoyos medicinales diversos y poco
alopáticos, de trabajo emocional y mental...
Y no lograba reencontrarme.
El camino fue áspero, como suele ser la autogestión cuando has sido educadx en
delegar al afuera la potestad de encontrar las | respuestas que buscas. Pero no desistí.
Tiré de ternura y creatividad: empecé a deshacer ovillos.
Venía de atravesar una época de mi vida en
que el miedo estaba constantemente presente. Por si no fuera suficiente, me empujaba a un ritmo y conjunto de acciones que no sólo no me divertían si no que además me alejaban de mi necesidad y de mi esencia.
Me empujé al desgaste. Mi Sistema nervioso colapsó. No pudo más, no supo distinto, Busqué, busqué, busque.
La inmersión en
el campo somático me salvó. Aprendí a vaciar pedacito a pedacito las secuelas y registros
que mi cuerpo albergada. No sólo de la época de la que hablo, registros antiguos y
primitivos que habían detonado ante tanta Ml presión interna y externa.
(Re)aprendí a tenerme paciencia. A tenerme compasión. A reconocerme.
Volví a contactar con mi parte animal, aquella
que más allá de mandatos, siempre sabe qué
necesito. Recuperé mi movimiento y ritmo intuitivos.
Me comprometí a mirarle a los ojos a mis
anhelos, necesidades, quereres... y a concedérmelos.
Me fui reconquistando poco a poco. Regresé a pertenecerme, a habitar el cuerpo que hasta
entonces había desocupado. Volví a conectar
com mis naturalezas. Volví a ponerme en primer lugar.
¿Dice esto que no vuelva a alejarme de mí? ¿Que no vuelva a colapsar?
Nada más lejos.
Dice que generé tejido nuevo. Memoria histórica a la que referenciarme cuando me pierda de vista.
Sumé herramientas y estrategias a mi botiquín interno, a mi jardín eterno.
Y me hice libre: dándome el poder🙌💆🏻🌺