04/04/2025
•El psicoanálisis es una práctica que es una erotología.
•Es una práctica que funda una escena erótica: la Transferencia, donde el eros del analista está implicado.
•La erótica que inscribe el dispositivo analítico introduce un tiempo y un lugar diferente al del devenir cotidiano. Rompe con lo establecido y reconfigura el espacio a través de la escucha que no se produce desde la teoría, desde el saber, sino desde la falta -de saber-.
La escucha tiene una brújula: el deseo del analista, el cual no sólo posibilita escuchar aquello que se dice, sino también escuchar en lo que se dice al significante y más allá de este, leer.
•Ahora bien, no hay escena sin sus actores: analista y paciente. Escena que no incluye terceros, pero que en el transcurrir del desarrollo dialéctico que implica el análisis puede precipitarse un ACTO que cambie la naturaleza de los seres que hablan: Así aquel que era paciente en relación a su malestar, ahora -gracias al acto analítico- devino analizante.
•Por último, la escena analítica no es la única existente en este dispositivo, está la “escena sobre la escena” aquel montaje erótico que no es más que el Fantasma: aquella posición enunciativa que se trata de atravesar. Pero no parar despojarse de él, sino tal como diría Moustapha Safouan “El atravesamiento del fantasma implica ver un poco más claro cual es el juego propio”
•Es por esto, y por mucho más, que la práctica del analista es una erotología.
✍🏻 Ps. Vittorina Bodrero.