
20/10/2024
La vida nos viene a través de un hombre y una mujer común, con todo lo bueno y lo no tan bueno. Si te resuenan, te invito a dedicarle estas palabras:
Hola querida mamá!
Vos y yo estamos unidas por un vínculo de la vida. No podemos elegir no vincularnos porque vengo a la vida a través tuyo, mamá. Sé que si acepto este vínculo, ese lazo continuará a mis hijos y a mis nietos.
Aunque a veces no lo entienda, sé que siempre soy vos, así como vos sos tus padres. Acepto que nací con un pedacito tuyo. Me guste o no. Te acepto, porque si te niego no tendré la fuerza de vivir, y hay momentos en que la necesito mucho.
No me avergüenzo de vos mamá, porque si lo hago me estoy avergonzando de mi misma y lo haré por siempre.
No te odio mami querida, porque si lo hiciera entiendo que me odiaría a mí misma.
Te acepto para poder tener la fuerza para enfrentar la vida, no importa lo difíciles que sean algunas situaciones. Gracias a aceptarte, mamá, tendré esa fuerza siempre, de acá en adelante.
Te tomo como mi madre, y vos podés tenerme como tu hija. Vos sos la grande y yo la pequeña.
Vos das y yo tomo. No quiero sólo recibir la vida a través tuyo sino tomarla con todo lo que implica.
Te doy las gracias y te tomo en mi corazón sin peros. Tomo de vos la vida, toda entera, con lo bueno y con lo no tan bueno. Y la tomo al precio entero que a vos te costó y que a mí aún me cuesta.
La aprovecharé, para alegría tuya y en tu memoria. No habrá sido en vano.
La sujeto firmemente y le doy la honra. Y también ya la he pasado, como lo hiciste vos.
Me alegro que hayas elegido a papá. Ustedes dos son los únicos para mí. ¡Sólo ustedes! Vos sos la primera y me conectaste con mi padre. Fuiste el puente que me llevó hacia él. Gracias mamá por eso.
Adriana Ginatto
Embajadora de Paz
Consteladora – Maestra de Reiki