
20/09/2023
Admiración!
"Expresar con palabras qué es la encuadernación para mi a día de hoy no es nada sencillo. Llegué a la encuadernación de forma accidental, y hoy es uno de los grandes centros de gravedad de mi vida (sí, no tengo sólo uno, me temo)
Mi actividad como encuadernadora tiene una doble vertiente:
Por un lado, la encuadernación en sí misma, como vehículo para manifestar plásticamente un mundo personal de ideas y emociones.
Tras una iniciación en la encuadernación clásica, la cual me sigue gustando mucho, al acercarme a las técnicas decorativas contemporáneas, además del reto del diseño, descubrí un inmenso potencial expresivo.
Ello me llevó a aprender y ahondar en técnicas plásticas que me ayudaron a indagar sobre cómo transformar la piel y el papel dotándoles de texturas únicas.
En los últimos años también he dedicado mucho tiempo a investigar y aprender diferentes técnicas constructivas del libro, alguna de ella muy antigua y otras muy novedosas. Esto me ha permitido obtener una visión global de la evolución de la técnica y me ha dado herramientas de conocimiento para poder resolver muchos problemas que se me plantean a la hora de acercarme a una construcción más simple pero siempre efectiva.
Para poner todo ello en práctica me gusta hacer mis propios libros de artista usando mis fotografías -ya sea sola o trabajada con técnicas mixtas- mis acuarelas, o simplemente cuadernos en blanco, para experimentar con las texturas y diferentes materiales en las cubiertas y con las técnicas de construcción aprendidas. Es haciendo este tipo de trabajo cuando me siento totalmente libre para hacer lo que quiera, sin restricciones ni presiones, y a su vez me sirven de banco de pruebas para otros proyectos.
El reto de dar forma plástica a las impresiones dejadas por la lectura de una obra a encuadernar es algo muy diferente. La lectura, las ilustraciones si las tiene, dejan un poso y trato de encuadernar desde esa impresión. Trabajo improvisando, sin un dibujo previo a seguir, y escojo colores, texturas y elementos que para mí tengan una relación con la obra a encuadernar. Siempre puedo justificar el ‘por qué’ de una decoración con respecto a la obra.
La apreciación de las manifestaciones plásticas es subjetiva, el aspecto técnico podemos juzgarlo y valorarlo acorde a una escala. Pero el impacto estético, eso es puramente subjetivo. Sí, hay leyes de equilibrio y composición, pero el impacto en el ‘espectador’ está siempre tamizado por una apreciación subjetiva.
El segundo pilar de mi trabajo como encuadernadora es la docencia y las actividades de ‘Taller’
Desde que abrimos Códex en 2006 he impartido docencia a alumnos que han asistido o asisten de forma regular así como a multitud de encuadernadores procedentes no sólo de otros lugares de España como de países de diferentes continentes.
Además de en Códex, he impartido cursos dentro de España (escuelas de Arte en Jaén y Córdoba, y asociación de artesanos del País Vasco) y en el extranjero. En dos ocasiones he viajado a México para impartir cursos monográficos, tanto de técnicas clásicas como contemporáneas, y también en Bélgica.
El trabajo de “taller” es para mí tan importante o más que el hecho puro de la encuadernación; entrecomillo lo de “taller” porque solemos entender que el taller es un lugar de actividad unidireccional, donde un docente da instrucciones y unos discentes las siguen. Por el contrario, cuando fundamos Códex era para mí el objetivo primordial que nuestro taller fuera un lugar de encuentro donde todos aprendemos de todos, donde se ponen ideas en común, y donde cada miembro puede llegar a expresarse desde su propia identidad con un estilo propio y genuino.
Con la docencia he aprendido a mirar a través de los ojos de los otros, y el tener que explicar por qué hacemos algo de una forma u otra me ha servido de acicate y aliciente para seguir aprendiendo día a día."
Susana Domínguez Martín, Encuadernación de Arte.
Fotografía de Mar Ruiz de Pascual.