16/02/2023
El que un integrante de una familia sea diagnosticado con una enfermedad oncológica y sobre todo cuando hablamos de niños, modifica todo su entorno, generando grandes cambios no solo a nivel familiar sino que muchas veces a nivel de la comunidad.
Por ello en el marco del Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer Infantil, que tiene como objetivo sensibilizar y concientizar sobre los desafíos a los que se enfrentan los niños, adolescentes y sus familias al momento de atravesar esta enfermedad conoceremos la historia de Constanza.
Coti, como la llaman afectuosamente, es la más pequeña de su familia conformada por sus papas Adriana Tagua, Julio Cesari y su hermano mayor Jeremías Sin embargo a sus cuatro años, poco a poco comenzaron a notar algunos cambios cansancio, constantes caídas o no poder mantener el equilibrio para andar en bicicleta. Ante esta situación deciden realizar una consulta a su pediatra, quien solicita una interconsulta con un especialista en neurología y de esta manera disipar dudas.
Coti vuelve a su vida habitual que por ese entonces consistía en asistir al jardín y jugar con sus amigos. Pero un 26 de julio de 2015 todo cambia, “Coti no se sentía bien, estaba muy descompuesta y con mucho dolor de cabeza por lo que decidimos llevarla a la guardia del hospital. Se le realizan los exámenes de rutina y una tomografía y fue en ese momento cuando terminan el estudio que escucho que se ve una mancha en el cerebro. En ese instante comencé a dimensionar parte de lo que estaba sucediendo.” cuenta Adriana.
La confirmación del diagnóstico llegaron pronto, Coti tenía un tumor en el cerebro por lo cual debía quedar internada. “Es allí donde un millón de manos aparecieron para ayudarnos, acompañarnos y darnos su apoyo porque todo nuestro mundo se vio modificado y tuvimos que reorganizarnos emocional y logísticamente.”
Por las características del tumor Coti debió ser intervenida quirúrgicamente y a pesar de que la operación fue un éxito, ya que habían extirpado completamente el tumor, debían esperar para evaluar su evolución. A los pocos días son informados que la anatomía patológica del tumor es maligno por lo cual debía comenzar con bloques de radioterapia y quimioterapia.
“De esta manera se abría un nuevo camino en nuestras vidas comenzamos a caminar con las neutropenias, con las fiebres que le producía cada quimio y la baja de los glóbulos blancos, además Coti entra en un estado de depresión por lo cual su oncóloga, la Dra. Gisela Drago nos autoriza a viajar todos los días desde Santa Rosa a la ciudad para realizarle las sesiones de radioterapia.
Afortunadamente en esta primera etapa post quirúrgico y ya dada de alta del hospital ella regresa al jardín y es en ese momento donde vemos como toda nuestra comunidad colabora para que su vida siga siendo lo más normal posible.
A partir de esta experiencia nuestra familia cambió rotundamente. La enfermedad nos dejó muchos aprendizajes, el compartir en familia, el disfrutar a cada momento el luchar juntos, el saber que la plata no lo compra todo porque fueron momentos tan difíciles y sobre todo que dentro del Notti conoces y te haces familia”.
Luego de 7 años Coti recibió el alta definitiva en un emotivo acto que se realiza internamente en el la Isla 2 y donde participan familiares, amigos y personal Notti donde los niños tocan la Campana del alta definitiva.
Hoy a sus 13 años, y luego de un largo recorrido su vida ha vuelto a la normalidad, el año pasado pudo realizar sola el viaje de egresados con sus compañeros, ahora comienza a cursar la secundaria entre muchas otras actividades.
“En todo este proceso que duró un año y medio y el pensar que un hijo se puede morir nos llevó a hacernos pregunta ¿para que nos pasó esto?, no digo un ¿por qué nos paso? porque esto demarca mucha rabia, impotencia y enojo. Pudimos descubrir con el tiempo que esto sucedió para que mi esposo pudiese estudiar enfermería y así darle la oportunidad a la comunidad de conocer a esos seres maravillosos que nos acompañaron en cada internación, para darme cuenta que en esa vorágine que vivimos todos los días es importante parar y mirarnos y disfrutar de esas pequeñas cosas que cotidianamente hacemos como es el compartir una mesa para charlar sean lo primero.”
Una hermosa invitación
Cada 15 de febrero los niños y niñas que se encuentran en tratamiento en el Servicio de Oncohematología de la Isla 2 del hospital Notti son los protagonistas absolutos de la inauguración del mural “Pajaritos volando”.
El proyecto comenzó a gestarse en el año 2015 de la mano de la artista plástica Luisa Olguin donde a través de la técnica de mosaiquismo se comparte un momento agradable y de trabajo con los niños y padres los cuales quedan reflejados en hermosos murales expuestos en distintos espacios públicos de la provincia.
“A partir de esta experiencia es que como familia decidimos invitar a Luisa a nuestro departamento con la firme intención que la comunidad pueda visualizar cada obra, cada centímetro de ese dibujo en el que se refleja el esfuerzo de cada familia que pasa o ha pasado por esa sala.
Es la representación de la lucha de cada niño que está luchando, de cada niño que superó la enfermedad y a veces las lucha de quienes ya no están” finalizó Adriana.