18/12/2025
La realidad no es fija ni absoluta. Es un espejo que refleja según el nivel de conciencia desde el que miramos. Por eso no toda percepción merece llamarse verdad; algunas son solo refugios temporales para no enfrentar lo que aún no estamos listos para transformar.
Para algunos Mentir o mentirse no siempre nace de la maldad, sino como una forma de sobrevivir. Nos contamos historias para no quebrarnos, para evitar el dolor o la responsabilidad. El problema aparece cuando esas historias dejan de ser muletas y se convierten en algo cotidiano.
Crecer no es sumar luz, sino retirar velos. Cada excusa que cae, cada autoengaño que se disuelve, abre espacio para una realidad más honesta. La verdad no siempre alivia, pero siempre mueve. Y donde hay movimiento, hay posibilidad.
La libertad no surge de cambiar los hechos, sino de mirarlos de frente y elegir qué hacer con ellos. Si la realidad no nos satisface, el camino no es ocultarla, sino transformarnos para poder transformarla.
¿Qué historia ya no nos representa? A veces, lo más cercano a un milagro es dejar de mentirnos y permitir que la vida responda desde otro lugar.
Abrazos
MFC