28/09/2021
Sindrome de la Cabaña.
1- Es importante no considerar “el síndrome de la cabaña” con una enfermedad mental. Es un conjunto de síntomas y reacciones, emocionales, cognitivas y motoras que se presentan frente a situaciones interpretadas como de riesgo vital. Una persona o grupos de personas experimentan síntomas luego de atravesar periodos prolongados encerrados sin acceso a intercambio significativo con el exterior.
El síndrome de la cabaña, hace referencia al miedo y creencias negativas que se activan frente a la posibilidad de salir del medio que considera seguro.
El confinamiento como respuesta a la pandemia llevó a la sociedad a resignificar la interpretación de las vivencias cotidianas, lo que es seguro o riesgoso, cambia según el contexto, la vulnerabilidad asociada al afuera permanece y solo las experiencias que construyan el sentido un medio seguro generarán sentimientos de seguridad en el afuera, de lo contrario permanecer encerrados será la respuesta para muchos. Así como atravesar lo cotidiano con malestar.
2- Las manifestaciones presentes en el llamado “síndrome de la cabaña” coinciden con las fobias y trastornos de ansiedad.
A nivel de los pensamientos, estos son situaciones catastróficas relacionados a salir del lugar seguro. Anticipación a escenarios negativos y los planes para resolverlos, llevándolos a múltiples controles del entorno y de sí mismos.
A nivel fisiológico, taquicardia, sudoración , irritabilidad, problemas de sueño, hiperventilación, son las reacciones más comunes, compatibles con la situación de alerta y su respuesta de huída o ataque.
A nivel motor, movimientos involuntarios del nerviosismo generalizado, reacciones de huida o evitación, pueden llevar a la persona a la búsqueda de seguridad en el aislamiento.
3- No todas las personas que viven el confinamiento responden de la misma forma, depende de las características de personalidad, esa singularidad hace que se presenten en diversas combinaciones de síntomas e intensidad.
Toda persona sometida al trastorno largo tiempo, presentará consecuencias en mediano o largo plazo, y el tiempo de duración del malestar dependerá de los recursos de personalidad que cada sujeto, para algunos resinificar el afuera como seguro estará dado a partir de pocas experiencias positivas en el medio exterior. Para otros, la realidad de las experiencias positivas del afuera se verán oscurecidas por las construcciones negativas de la mente, no pueden ver la realidad sino solo la búsqueda de clamar el malestar, impidiendo la producción de conductas adaptativas, llegado a este punto es necesaria la consulta con profesionales de la salud mental ya que el cambio de sentidos producidos por el confinamiento puede desencadenar expresiones de patologías pre-existentes.
Algunas acciones pueden ayudar a la construcción de imágenes positivas del afuera:
- Concentrarse en experiencias satisfactorias, percibiendo la sensaciones que las acompañan.
- Romper con rutinas , explorando nuevas experiencias.
- Exponerse paulatinamente a los estímulos que generan temor.
- No cuestionar ni desesperarse frente a las emociones, ni desesperarse por eliminarlos rápidamente, buscar la calma.
- Compartir las vivencias satisfactorias, esto permitirá resignificar la función positiva del entorno.
La consulta con un profesional de la salud, permitirá con multiples estrategias de diferentes tipos de terapias resolver el malestar con mayor eficacia.
Lic. Dante F. González
MP 962.
Psicólogo Clínico- Terapeuta EMDR