04/12/2024
El manejo nutricional de las vaquillonas de reposición es clave para que estas hembras jóvenes se desarrollen adecuadamente y se conviertan en vacas productivas. Una buena nutrición asegura que alcancen la pubertad a la edad adecuada, impactando la eficiencia reproductiva y productividad del rodeo.
Desde el destete hasta el primer servicio, las vaquillonas deben crecer de manera constante. Al momento de la inseminación o m***a, deben alcanzar entre el 60% y 65% de su peso adulto, y aproximadamente el 85% para el primer parto. Este desarrollo óptimo facilita una mayor tasa de concepción y reduce problemas reproductivos.
Fases de alimentación
1️⃣ Post-destete: Requieren una dieta balanceada en energía y proteína, basada en forrajes de buena calidad (pastos o heno) y concentrados. La proteína es fundamental para el desarrollo muscular y óseo.
2️⃣ Fase de Crecimiento: Se debe maximizar el uso de forrajes, suplementando según sea necesario, especialmente en épocas de baja disponibilidad. La dieta debe aportar suficiente energía y tener 14-16% de proteína cruda. La ganancia ideal es de 0,7-0,8 kg/día.
3️⃣ Pre-servicio: La alimentación se ajusta para lograr peso y condición corporal óptimos. Es importante evitar que estén demasiado delgadas o gordas, ya que ambas condiciones afectan la fertilidad.
Las vaquillonas requieren suplementación mineral (calcio, fósforo, cobre, zinc) y vitaminas A y E, esenciales para el desarrollo y la fertilidad. Dependiendo del suelo y agua, puede ser necesario aportarlas. Además, el acceso a agua limpia y fresca es fundamental.
Monitorear regularmente el peso y condición corporal permite ajustar la dieta y asegurar el crecimiento adecuado. Un desarrollo saludable reduce problemas reproductivos y asegura mayor productividad futura.