
13/02/2025
Imagina que estás en un avión, rodeado de personas que te importan. El ambiente es tranquilo, pero de repente, una voz suave y calmada interrumpe el murmullo: “En caso de despresurización, las máscaras de oxígeno caerán del compartimento superior. Colóquese primero la máscara a sí mismo antes de ayudar a otros”. (Porque de lo contrario perderás tu propio oxígeno)
En ese instante, sientes un pequeño n**o en el estómago. La idea de que algo pueda salir mal te hace pensar en aquellos a tu alrededor: tu pareja, tus amigos, tu familia. Tu instinto es querer protegerlos, asegurarte de que estén bien. Pero esa voz sigue resonando en tu mente: “Primero tú”.
Es un mensaje cargado de amor y sabiduría. Te das cuenta de que no se trata solo de una instrucción práctica; es una lección sobre la vida misma. Si no te pones la máscara primero, si no te cuidas y te aseguras de estar bien, ¿cómo podrás ser el apoyo que ellos necesitan?
Piensas en esos momentos en los que has dejado tus propias necesidades a un lado por el bienestar de los demás. En ocasiones, eso puede parecer noble, pero también puede llevarte al agotamiento y al desánimo o frustración. La verdad es que cada una de nosotras necesita respirar profundamente para poder ofrecer aire fresco a quienes amamos.
Así que imagina con amor ese momento: colocándote la máscara con cuidado, sintiendo cómo el oxígeno comienza a fluir y revitalizarte. En ese instante, te llenas de fuerza y claridad. Ahora estás listo para mirar a tu alrededor y ver a quienes amas con nuevos ojos—con la energía y la calma necesarias para brindarles apoyo.
Al final del día, esta metáfora nos enseña que cuidarnos a nosotros mismos no es un acto egoísta; es un acto de amor. Cuando nos aseguramos de estar bien, creamos un espacio seguro donde tod@s pueden prosperar juntos. Así como en el avión, cuando cada una se cuida primero, todos podemos volar más alto y más lejos, unidos en este hermoso viaje llamado vida.✨