21/04/2016
¿Cómo se desarrollan los callos?
La piel está formada por numerosas capas. La más superficial llamada epidermis actúa como una barrera protectora para las capas de piel más profundas y sensibles.
Si la piel se expone a fricción y a presión permanente, por ejemplo al utilizar zapatos que lastimen constantemente, reacciona construyendo en la superficie una capa de piel callosa.
Si la presión persiste especialmente en una zona específica, la piel callosa puede formar un verdadero callo con un núcleo rígido que afecta las capas de piel más profundas y sensibles, ocasionando dolor y molestia. Este núcleo es comúnmente llamado "raíz" del callo.
La apariencia de los callos puede ser blanca-grisácea, o bien amarillo-café, dependiendo del tipo de piel.
Los síntomas incluyen dolor e inflamación alrededor del callo e incomodidad cuando recibe presión directa al caminar.
Los callos frecuentemente aparecen en la parte superior de los dedos del pie y en la parte exterior del dedo pequeño, que por lo general son las áreas que reciben más presión con los zapatos. El tipo de callo más doloroso es aquel que se "entrelaza" con los nervios de la piel.
Además pueden aparecer en la planta del pie, así como los llamados callos suaves entre los dedos del pie, donde la piel se encuentra húmeda por el sudor o por no secar adecuadamente los pies después del baño.
Muchos en su mayoría recurren a los remedios caseros. Sin embargo, esto no es recomendable del todo antes de un diagnostico profesional. Por ello, es importante visitar al podólogo para ver si no es necesaria una debridación para eliminar las capas muertas de la piel.