
28/05/2025
"El cuerpo nunca olvida lo que el alma calla"
Las emociones que no se expresan, que se reprimen o se niegan, no desaparecen. Se quedan, se esconden… y encuentran formas de hablar a través del cuerpo. Un dolor de espalda persistente, una migraña recurrente, el n**o en la garganta o en el estómago, el insomnio o el cansancio constante muchas veces no tienen una causa física evidente, sino emocional.
Nuestro cuerpo es un mensajero fiel. Cuando ignoramos lo que sentimos —por miedo, por costumbre o por no saber cómo lidiar con ello—, el cuerpo se convierte en el canal que expresa lo que el corazón no pudo decir.
Conocerte emocionalmente, darte el permiso de sentir, nombrar y expresar lo que vives internamente, es un acto de amor propio y de salud integral. Porque cuando la emoción se reconoce, se libera. Y lo que se libera, deja de doler.
Escuchar tus emociones es escuchar a tu cuerpo.
Cuidar tus emociones es cuidar tu vida.