20/11/2025
🤔Más de una vez me pregunté si tenía sentido ser tan sensible en un mundo que me exigía dureza. Cuando era niño, recuerdo que los juegos bruscos no me atraían. En kínder, todos querían jugar a las luchas. Yo prefería apartarme. Aquella rudeza me incomodaba, pero más me incomodaba no encajar.
Crecí viendo que “ser buen hombre” era ser fuerte, rudo, impenetrable. Y yo no era nada de eso. Ni quería serlo.
Con el tiempo entendí por qué mi amigo y docente, Bismarck, me dijo una vez en Psicología del Amor: "Ser un hombre raro.” En aquel momento no lo entendí. Hoy sí.
😬Era “raro” porque sentía, porque no evitaba mis emociones, porque llorar nunca me pareció vergonzoso. ¿Por qué llorar en público tendría que ser distinto a reír en público?
El desafío quizá no sea cambiar 180 grados, sino permitirnos, como hombres, encontrar espacios donde podamos mostrarnos vulnerables sin dejar de ser buenos hombres.
❤️Y agradezco no haber apagado mi sensibilidad. Gracias a ella he podido llegar al dolor de muchas personas, comprenderlo y acompañarlo.
Poder relacionarnos mejor con nuestras emociones es un trabajo de todos los días. Y con este gran corazón que me enorgullece tener mi objetivo es podernos acompañar en este trabajo, entablando redes de apoyo solidas y valiosas. Porque es verdad que un gran corazón no genera cambio pero si te da el coraje para comenzarlo
Te animas a acompañarme? 😎