21/11/2025
El hígado posee una amplia capacidad de regeneración cuando se actúa en las fases tempranas de una lesión, porque si el daño es severo e irreversible debido a un padecimiento crónico, como la cirrosis, la regeneración se restringe severamente. Cuando se actúa de forma temprana, la regeneración del hígado se debe principalmente a una replicación compensatoria de hepatocitos sanos, un mecanismo que es suficiente para la regeneración del órgano.
En nuestra población, uno de los eventos más preocupantes es la esteatosis hepática no alcohólica (hígado graso); esta condición es una causa frecuente de hepatopatía crónica (cirrosis) y se asocia principalmente a la obesidad y la resistencia a la insulina. La resistencia a esta hormona provoca un aumento del flujo de ácidos grasos libres hacia el hígado, promoviendo el estrés oxidativo, la peroxidación lipídica y la disfunción mitocondrial.
La esteatosis (acumulación de grasa) y la esteatohepatitis (hígado graso inflamado) son condiciones reversibles, pero la clave es actuar pronto. Para impulsar la capacidad regenerativa de los hepatocitos, se necesitan intervenciones de estilo de vida: perder grasa corporal, ganar músculo, dieta rica en fitoquímicos, ácidos grasos antiinflamatorios, limitar ultraprocesados y cero alcohol. Con estas pautas se atenúa la resistencia insulínica y se le da un revés a la esteatosis; recordar que si esta condición evoluciona a cirrosis, ya hablamos de una hepatopatía crónica y aquí no hay reversión.
Regeneración hepática tras una lesión
https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC11329751/
