13/10/2023
¿Sabías que nuestro cerebro no distingue entre realidad o imaginación? Si reímos, nuestro cerebro interpreta que estamos contentos y segrega endorfinas para hacernos sentir bien. Si lloramos, cree que estamos tristes y disminuye la producción de noradrenalina.
Dependiendo de cómo nos encontremos podremos mejorar nuestro estado con una técnica o con varias a la vez.
La mente es la aliada más poderosa con la que contamos para alcanzar el bienestar y el éxito. Sin embargo, no la utilizamos de un modo adecuado. Una de las técnicas más interesantes para sacar provecho de nuestras capacidades mentales es la visualización positiva.
Visualizamos de manera inconsciente y automáticamente muy a menudo. Cuando recuerdas una conversación pasada, cuando te preocupas por si “llega tarde”, por una presentación en el trabajo, o una conversación incómoda con alguien. El simple recuerdo basta para que tu corazón se ponga a mil, tu respiración se entrecorte y tu sangre fluya hacia las extremidades. Sin que puedas evitarlo, tu sistema nervioso simpático ha puesto en marcha el mecanismo de supervivencia ante una situación de estrés.
De la misma manera, cuando planificamos un viaje empezamos a disfrutarlo antes de vivirlo porque nuestro cerebro visualiza lo que vamos a hacer, con quien lo vamos a vivir, lo que vamos a sentir. El cerebro sabe que es una fantasía, pero la respuesta cerebral a esos estímulos es real.
A nivel médico, la imaginación puede ser una poderosa herramienta para ayudar a los pacientes que sufren trastornos relacionados con el miedo o la ansiedad a superarlos. Igualmente, está comprobado que la intervención con realidad virtual es eficaz en la disminución de la sintomatología de dolor, ansiedad y de estrés experimentada por pacientes de oncología.
Imaginar lo que queremos nos acerca a conseguirlo. Si a nivel cognitivo pensamos que no podemos hacer algo, nuestro cerebro se bloquea. Sin embargo, si visualizamos que sí podemos hacerlo, nuestro cerebro va a crear opciones para poder conseguirlo.