06/09/2017
ANTECEDENTES DE LA MEDICINA TRADICIONAL BOLIVIANA:
Medicina tradicional:
Durante muchos siglos la salud de la comunidad en la cultura tradicional latina dependió de curanderos, yerberos, sobadores y hueseros, entre otros. Estás personas, que tuvieron un papel tan destacado en nuestra cultura, todavía cuentan con el respeto y la confianza de muchos latinos. Además, la falta de seguro médico que afecta a la población hispana ha contribuido a que estos métodos de atención a la salud se sigan utilizando como primer recurso.
El huesero o huesera es el nombre que se le da dentro de la cultura maya al fisioterapista que se dedica a la atención de dislocaciones, fracturas, rasgaduras, estiramientos de tendones y problemas musculares (Mendizábal, S., 2007). Según la creencia maya, tiene la capacidad de unir las partes de los huesos que están quebrados o astillados y también se le busca cuando se sufre de calambres para que los trate bajo las normas que practica. Es capaz, solo con el tacto, de unir los huesos para que lleguen a su estado original (García, A. P., Curruchiche, G. y Taquirá, S., 2009).
Forma de curar:
Para curar, los hueseros, primero tienen que determinar si se trata de una zafadura, fractura o una contusión muscular. Lo primero que hace es determinar la posición del hueso apretando, agarrando y jalando fuertemente hasta que el hueso se reunifica o se encaja (Lima, S., s. f., p. 9).
Su recurso terapéutico son las plantas, con las que hacen té, pomadas, emplastos, cataplasmas y vapores que recomienda después del masaje y las presiones para llevar el hueso al lugar en que debe estar. También aprovecha la grasa de los animales como base para algunos tipos de pomadas en las que además usa plantas también (Pisquiy, A., 2007, p. 79).
Regularmente se usa la trementina, aplicándola en el lugar de la fractura. Otra forma en la que curan esguinces, calambres, dolores musculares y quemaduras es por medio del semisoplido o aliento, usando “el max o tabaco como tranquilizante, el xwiq’al b’aq para las quebraduras o zafaduras” (Mendizábal, S., 2007, p. 95).
Las faces de la luna les sirven para organizar la atención a sus pacientes, porque las influencias que tiene sobre el paciente y el huesero determinará los resultados en el tratamiento, e incluso ayuda a manejar los niveles de dolor (Pisquiy, A., 2007, p. 79)