Barra Chocolate de Yacuiba

Barra Chocolate de Yacuiba Grupo de amigos y compañeros de estudios

Muy lindas palabras, gracias al autor
11/10/2025

Muy lindas palabras, gracias al autor

Juntes con amigos
13/09/2025

Juntes con amigos

09/09/2025

INTRODUCCIÓN

Yacuiba ya no es la misma. Las calles cambiaron de rostro, muchas casas fueron reemplazadas por edificios, y algunos de los personajes que marcaron nuestra infancia ya no están. Sin embargo, hay algo que se niega a morir: la memoria.
“Cosas de la Yacuiba de Antes” nace de la necesidad de dejar constancia de un tiempo que muchos llevamos grabado en el corazón. Un tiempo donde la vida era más lenta, más sencilla, pero también más intensa. Donde las tardes se llenaban de gritos en la cancha, guitarras en los patios, olor a tierra mojada y empanadas recién horneadas.
“Cosas de la Yacuiba de Antes” no es un libro de historia, ni pretende serlo. Es una colec-ción de recuerdos contados desde la emoción, desde la vivencia personal, desde ese rincón del alma donde se guardan las cosas que no se olvidan. Aquí se mezclan personajes reales con anécdotas entrañables, lugares que hoy tal vez ya no existen, pero que viven en la memoria de quienes los conocieron.
Cada crónica, cada verso, cada fragmento de este libro es un homenaje a los que forjaron la identidad de nuestro pueblo. A los viejos que aún cuentan historias bajo la sombra de un árbol. A los changos que jugaban con pelotas de trapo soñando con ser campeones. A las madres que reían en la cocina mientras los hijos corrían por las calles sin miedo.
Ojalá que, al leer estas páginas, usted también sienta el polvo de aquellas calles, escuche las guitarras de Mario Espinosa y Renart Quevedo, vea a Panchito Reynoso gritar un gol de los Diablos en la Comixta, o recuerde a algún amigo que ya no está, pero que fue parte de esa hermosa Yacuiba que nunca se va del todo.
Porque en el fondo, este libro no habla solo de un lugar: habla de un tiempo. Y si logramos traerlo de vuelta, aunque sea por un momento, entonces valió la pena escribirlo.
Autor: Walter del Carpio

06/09/2025

BARRA CHOCOLATE DE YACUIBA

UNA HERMANDAD NACIDA DEL CORAZÓN DEL PUEBLO

Somos una generación nacida alrededor del año 1955, hijos de un tiempo donde la vida transcurría con sencillez, pero con una riqueza que no se mide en bienes materiales, sino en afectos, en experiencias compartidas, en valores sembrados desde el hogar y fortalecidos en la calle, en la escuela, en la cancha, en los bailes de juventud.
Fue en la década de 1970, en la cálida y entrañable Yacuiba, donde un grupo de jóvenes —varones y mujeres— comenzó a reunirse por afinidades naturales: compañe-ros de colegio, apasionados del deporte, amantes de la música y la fiesta, soñadores que coincidían en la esquina de siempre,, en el campo deportivo o simplemente en una cami-nata sin rumbo.
De esas reuniones espontáneas, del junte constante y de la afinidad genuina, nació una amistad profunda, sin imposiciones ni condiciones. En ese clima de camaradería, decidimos bautizar al grupo con un nombre peculiar, pero lleno de significado: Barra Chocolate. Un nombre que evocaba dulzura, unidad, calidez, y que, con el tiempo, se volvió sinónimo de algo mucho más grande: una hermandad para toda la vida.

En la Barra Chocolate, la amistad no es una palabra vacía ni una etiqueta de ocasión. Es un compromiso sincero, una forma de vida. Aquí no existen jerarquías, ni títulos, ni pretensiones. Todos valemos lo mismo, todos nos miramos a los ojos con respe-to, cariño y gratitud por compartir este camino.
Cada encuentro… ayer en las calles de Yacuiba, hoy en alguna casa en Santa Cruz, es una celebración de la vida, de la memoria, de la risa fácil que solo los verdaderos amigos saben provocar. Es volver a ser jóvenes, aunque los años pasen. Es sentirse en casa, aun-que estemos lejos.
Pero si algo distingue verdaderamente a la Barra Chocolate, más allá de la amistad entrañable, es la solidaridad. Esa virtud que hemos cultivado sin alardes, pero con con-vicción. Siempre estamos prestos a dar la mano, a organizar, a contribuir, a estar presen-tes cuando un miembro de la barra —o alguien cercano a ella— lo necesita.
Porque entendimos desde siempre que la verdadera fuerza de un grupo no está en cuántos son, ni en cuánto tienen, sino en cuánto están dispuestos a dar. Y la Barra ha dado —y sigue dando— amor, tiempo, compañía, recursos, hombros para llorar y razo-nes para sonreír. Donde hay necesidad, ahí estamos. Donde hay dolor, ahí llega la barra. Donde hay causa noble, ahí nos organizamos.
Muchos de nuestros fundadores ya partieron de este mundo, otros están lejos del país, y la mayoría vive hoy en la ciudad de Santa Cruz y algunos en nuestro pueblo querido Yacuiba Pero la distancia nunca fue excusa para el olvido. Porque la barra vive en el corazón, en los recuerdos compartidos, en los mensajes de aliento, en las visitas inesperadas, en los abrazos sinceros.
Nos seguimos reuniendo —con menos pelo, quizás, pero con el mismo espíritu— para celebrar cumpleaños, apoyar en la enfermedad, despedir a quienes parten, o simplemen-te para brindar por el milagro de estar vivos y juntos.
La Barra Chocolate no es solo un grupo de amigos que se formó hace más de 50 años. Es un legado vivo de cómo la amistad verdadera y la solidaridad genuina pueden perdurar en el tiempo y transformar vidas.
En cada acción, en cada gesto, en cada risa que compartimos, honramos a aquellos que comenzaron este camino, y también a las nuevas generaciones que tal vez vean en nosotros un ejemplo de lo que significa ser amigos de verdad.
Porque al final, la historia de la Barra Chocolate es la historia de lo que realmente importa: estar juntos, cuidarnos, querernos… y seguir caminando, siempre con el cora-zón en alto.
(Nuestro agradecimiento a nuestro coterráneo Walter del Carpio (Waltico) por tan lindas palabras)

06/09/2025

YACUIBA DEL AYER: ENTRE POLVO, GUITARRAS Y GRITOS DE GOL

“Viejo, no te duermas”, le dice uno como quien intenta retener el tiempo con palabras. No es solo una súplica para seguir conversando, sino un gesto de resistencia frente al olvido. Porque cuando el viejo habla, Yacuiba despierta en su voz: las calles polvorientas, las noches de guitarras y bombo con Renart Quevedo, Mario “Mataco” Espinosa y el “Cuña” Pellegrini, las siestas eternas bajo un cielo chaqueño que ya no es el mismo.
Los que vivieron ese Yacuiba saben que la memoria no está en los libros, sino en las vere-das gastadas, en la esquina donde se encontraba la vieja Providencia, en las empanadas salteñas de La Pianola, o en la música que salía de algún tocadiscos en el TVO. Era una ciudad con alma de pueblo, donde cada lugar tenía un nombre, y cada nombre, una historia.
Las tardes pasaban lentas en la plaza 6 de Agosto, con la iglesia San Pedro de fondo y el murmullo de alguna procesión de chunchos cruzando el empedrado. Más allá, la vieja estación veía partir trenes que llevaban más sueños que pasajeros.
Yacuiba era guitarra y fútbol. De noche, los acordes se mezclaban con risas y vino, y de día, los changos armaban partidos con pelotas de trapo en la cancha de los curas. Ahí estaban Pelusa Reynoso, el Gr**go Petri, Rocabado, Adolfo Flores, Tufí y Abel Aré. Todos con las rodillas raspadas y el corazón en la camiseta.
No había mucho, pero tampoco hacía falta. La cita era en el cine Yacuiba, el paseo por la calle Comercio, las siestas largas que comenzaban después del almuerzo y terminaban con una corrida hasta Chamón o un chapuzón en la piscina de Osuna. Todo parecía pequeño, pero dentro de esas rutinas vivía una felicidad genuina.
Y entre todos esos recuerdos, un nombre brilla con fuerza: Carlos Aragonés. Futbolista yacuibeño que salió del polvo local para llegar al Palmeiras de Brasil, dejando huella también en el fútbol nacional. Para muchos, él era la prueba de que los sueños nacidos en una cancha sin arcos podían llegar lejos.
El pueblo se dividía, como todos los pueblos, pero cuando Independiente salía a la cancha, todo era una sola voz. En la Comixta, el aliento de Panchito Reynoso retumbaba como un tambor de guerra: “¡Independiente... Independiente... Campeón!”
Ahora, cuando uno vuelve a pasar por esas calles, ya no suenan las mismas risas, ni se oyen los mismos pasos. Pero si uno cierra los ojos, puede volver a sentirlo todo. Y si hay suerte, algún viejo no se habrá dormido aún, y estará dispuesto a contar otra vez cómo era Yacuiba cuando todavía era Yacuiba. (Walter A. del Carpio Barroso)

Amig@s de la Barra
25/08/2025

Amig@s de la Barra

26/07/2025
*condolencias*Los amigos de la Barra Chocolate tienen el sentimiento de comunicar le fallecimiento de la señora:    *L. ...
29/06/2025

*condolencias*

Los amigos de la Barra Chocolate tienen el sentimiento de comunicar le fallecimiento de la señora:
*L. Denny Gutiérrez A*. QEPD. .. Yobana, como le decian de cariño, era la compañera de vida de nuestro gran Amigo *Jaime (Canito) Mancilla*

Emprendió su último viaje después de padecer una larga enfermedad. rogamos al altísimo que la reciba en su reino y pedimos también a sus seres queridos( esposo, hijos y nietos) que la recuerden siempre y, nos deja el dolor de su ausencia...
Paz en su tumba
🙏🏼🙏🏼🙏🏼

Momentos de confraternización
09/06/2025

Momentos de confraternización

Dirección

Santa Cruz De La Sierra

Página web

Notificaciones

Sé el primero en enterarse y déjanos enviarle un correo electrónico cuando Barra Chocolate de Yacuiba publique noticias y promociones. Su dirección de correo electrónico no se utilizará para ningún otro fin, y puede darse de baja en cualquier momento.

Contacto El Consultorio

Enviar un mensaje a Barra Chocolate de Yacuiba:

Compartir

Share on Facebook Share on Twitter Share on LinkedIn
Share on Pinterest Share on Reddit Share via Email
Share on WhatsApp Share on Instagram Share on Telegram