25/02/2022
Abajo la Guerra
Unidad internacional de los trabajadores contra la guerra imperialista
1. Una nueva guerra imperialista. Desde hace unas horas el mundo entero se sacude con la noticia de la invasión de la Rusia de Putin a Ucrania. La guerra sin embargo ya estaba engendrada desde que la OTAN, como fuerza militar del primer bloque imperialista mundial, va expandiendo su influencia sobre los países de la ex URSS, usando el falso pretexto la independencia de Ucrania y contra la política anexionista de Putin. Entonces la invasión que realiza Rusia es resultado de la lucha territorial entre las fuerzas del capitalismo imperialista central y otra secundaria, donde Putin busca establecer un límite a la OTAN para la defensa de los intereses de la oligarquía capitalista rusa. La misma política y movimiento militar se desarrolla en el lejano Oriente, donde EEUU, Australia, Nueva Zelanda y Japón han establecido un acuerdo político-militar a las puertas de China.
2. La humanidad, como nunca antes, ha logrado generar una cantidad pletórica de riquezas, y en vez de arrojarse a disfrutarlas el capitalismo abre una nueva etapa de guerras. El disfrute de la riqueza que la economía genera no solo es alejado de las mayorías de trabajadores, sino que ahora el mundo se ve amenazado ante una perspectiva de destrucción en una escala nunca vista. En cualquier punto del planeta se puede observar el incremento de la desigualdad y la opresión, resultado incontestable de un sistema económico agotado, que ya no puede seguir avanzando sino a costa de mayor sufrimiento y destrucción de la humanidad y del medio que nos rodea.
3. EEUU viene impulsando la guerra forzando a un enfrentamiento con la potencia bélica rusa, pues en ello la salida a su crisis económica (fiscal y comercial), y con la idea delirante de que le corresponde ampliar aún más la esfera de su influencia y hegemonía mundial a partir de una superioridad en armamentos. El otro bloque capitalista en disputa, Rusia, ve en el ataque a un país oprimido (Ucrania) la salida a su situación, dada la contradicción directa entre sus intereses expansionistas y la seguridad bélica que busca ejercer como potencia imperialista, y la limitación que representa para estos fines la actuación de la OTAN.
4. La caída del socialismo, la restauración capitalista la exURRSS y la apertura de China a los mercados e inversiones parecía augurarle al capitalismo una vida prolongada, pero no tardan en aparecer las contradicciones en el propio capitalismo entre las potencias económicas. La OTAN nació para detener el avance del comunismo, y una vez que este cayó fijó sus fines en poner límite a las potencias capitalistas que surgen y reclaman anexiones territoriales y asegurar su influencia. Se trata del inicio de una nueva repartición del mundo, como fue la Segunda Guerra Mundial, ahora capitaneada por EEUU, y donde las potencias aliadas, Rusia y otras potencias en ciernes (China) buscan cumplir sus propios fines.
5. Cuando Rusia tiene la iniciativa de empezar las agresiones bélicas, está poniendo a la orden del día las contradicciones históricas que arrancan en el surgimiento del mismo capitalismo europeo. El capitalismo europeo, al convertirse a su fase de monopolios, mostró muy pronto sus limitaciones para conformar un bloque europeo homogéneo, dejando sin resolver el desarrollo del capitalismo del Este, y en esa medida tampoco se han resuelto los conflictos nacionales de multitud de estos pueblos en la región que fue cuna de este sistema social basado en la explotación del trabajo. Sin caer bajo el dominio directo de las primeras economías europeas, el resto de los países han gravitado entre su influencia y la de Rusia, un país que a pesar de su atraso económico poseía una influencia decisiva sobre Europa. La creencia más retrógrada de los antiguos zares de Rusia, que consideraban que Rusia se hallaba predestinada a dominar sobre estos países y el resto de Europa, nos trae al día de hoy a un V. Putin que busca retomar la misma idea sobre el destino de Rusia. Putin, en su agitación pro-guerra, señala que la creación de Ucrania se debió al comunismo y su principal líder, Lenin, y que la guerra que inicia se realizará en nombre de enmendar este “error”, lo que muestra que el capitalismo europeo, y menos el de EEUU o de otras potencias en ciernes, son incapaces de dar solución a los conflictos nacionales. Lo mismo se puede ver en Ucrania, la guerra Serbio-Bosnia, o la crisis de guerra civil que vivió Bolivia en 2019 (teniendo como telón de fondo los intereses imperialistas en los recursos naturales y las perspectivas de expansión en la región, los que chocan en contra de los avances de la lucha popular y los gobiernos reformistas y populistas que se alzaron sobre ellos).
6. La Rusia que invade Ucrania está pagando las consecuencias de la caída del socialismo. La proyección de la revolución bolchevique de 1917 llegó a influir en la solución de los problemas nacionales de los países periféricos de Europa, por medio de la integración y la independencia, es decir respetando el derecho de los pueblos a la autoderminación. Sin embargo, el aislamiento de la revolución bolchevique, con el fracaso de la revolución socialista en Alemania y el resto de Europa, dio paso a la aparición del régimen estalinista, el cual se caracterizó por plantear que es posible el socialismo en un solo país, así como la convivencia con el capitalismo, y en esa medida realizó un boicot a las revoluciones nacionales, republicanas y socialistas a lo largo y ancho del mundo. Asimismo, Stalin continuó la idea retrógrada del zarismo de dominar sobre los pueblos europeos al realizar guerras anexionistas y forzar la inclusión de territorios continuos a la órbita de la URSS. Putin heredó la política de los zares y de Stalin, pero con el fin de guardar los intereses de la oligarquía rusa, que no puede convivir con los de otra potencia.
7. Los trabajadores seremos otra vez carne de cañón de la guerra imperialista. La carga de la guerra y su expansión pesará más sobre las espaldas de los trabajadores del mundo, que ya soportan la crisis financiera y las tendencias de recesión general. Una guerra en ciernes es inaceptable en el punto que la gran mayoría de los obreros del mundo apenas subsisten, y la llegada de nuevas presiones representará el estallido de sublevaciones y luchas sociales. Junto a ello, los efectos de la guerra llevaran a presiones sobre los países que proveen determinadas materias primas, con mayores presiones económicas y contra la población.
8. Los países que reciben agresiones anexionistas, y el resto de los países que vivimos bajo la tutela imperialista, no podemos sino levantar la bandera de lucha de defensa contra las agresiones imperialistas y por la autodeterminación de los pueblos. Ante la ausencia de fuerzas revolucionarias que contrarresten la actuación de las potencias imperialistas en sus propios territorios, la lucha contra el imperialismo inicia desde los países subyugados, en una vía de lucha difícil y larga, pero que abre la perspectiva de una revolución mundial, a puertas del cambio del capitalismo por un modo de producción material superior.
9. Con ninguno de los bandos: El imperialismo a lo Putin quiere hacer ver que el socialismo fue una lacra en la historia, lo mismo que el imperialismo americano, que “sospecha” socialismo por doquier, no obstante que a la fecha no existe un país que pueda llamarse socialista a la manera que sí lo fue la URSS de Lenin, con la autodeterminación de los pueblos como política internacional. El imperialismo de Europa central considera al socialismo como la antípoda de la “democracia”, recogiendo la huella del estalinismo y la tragedia que representó este régimen al haber desvirtuado la lucha por un mundo mejor, la superación del capitalismo. Corresponde a los revolucionarios llamar a los trabajadores a no tomar partido en ninguno de los bandos imperialistas, ni en ninguna lucha fratricida a la que las potencias, o nuestros propios gobiernos, nos quieren arrastrar. Tengamos el temple de decir “ya viene la hora”, y que las luchas de los trabajadores a lo largo y ancho del mundo se multipliquen, que el fantasma del comunismo, que el imperialismo retrógrado busca conjurar, se convierta en un movimiento que derribe el régimen del capital y sus gobiernos.
¡Abajo la guerra imperialista! ¡Autodeterminación de los pueblos!
¡Unidad de los trabajadores internacional para sepultar a los gobiernos imperialistas!
¡Los trabajadores no soportaremos las cargas y destrucción de la guerra, y nos levantamos para acabar con los parásitos que nos dirigen a la lucha fratricida!
¡Ni EEUU, ni Rusia, ni la OTAN, ni China capitalista: por un mundo socialista!
Resistencia Rojos Ravelo
Agrupación Revolución o Barbarie
Rojos Huanuni
Unión por la Revolución Permanente
Grupo de propaganda Marxista