06/13/2023
En el océano de la vida hay un montón de posibilidades, con olas inciertas y extrañas, a veces no sabemos en qué muelle vamos a parar y casi siempre es una cualidad de grandes navegantes saber escoger el rumbo siguiendo su intuición.
Mientras llegamos a ese muelle nos encontramos con otras navegantes, marineras que puede que también estén a la deriva o pueden tener brújulas más precisas.
Es en ese instante que viene a mi mente una maravillosa navegante del camino, que tiene los conocimientos de los astros a su favor.
Pienso en la conexión, en lo vivido, las memorias de los sentires y en las sensaciones producidas.
Cada risa casual (que son muchas), cada palabra de aliento en las noches, poder compartir esas pocas canciones que queremos que la otra escuche y, sobretodo, los abrazos, siempre los abrazos.
Y así es como, cuando siento que mi corazón puede estar inundadose, encuentro en la palabra o en la mirada de aquella marinena el lado apacible y bonito de ese océano... Y claro que ha tenido que sortear aguas turbulentas, incluso peores que las que yo he transitado, algo que hace que la admiración sea parte de mi forma de mirarla.
Ahora, me alegra saber que compartimos algunas rutas, que podemos, además, contarnos sobre las otras que recorremos.
De no dejarnos hundir en ese océano a veces tan hostil...
Y de siempre recordar una de las primeras frases (a modo de pregunta) que me dijo aquella marinera y que llegaron a muy adentro de mi sentir: ¿Sabías que me sabes más profundo?
Katherine Ramirez Cabrera
Colombiarc