06/24/2025
¿Quién soy yo?
Soy la consciencia cósmica tomando la forma humana, es decir, encarnando, en un lugar de su propio subconsciente llamado planeta Tierra, vivenciando un sueño llamado vida junto a otras expresiones de sí misma, creadas por su propia mente, a las que percibe como algo separado y diferente de ella.
Sin embargo, existen otras creaciones imaginativas destinadas a albergar a aquellas consciencias singularizadas que ya elevaron su vibración lo suficiente para reconocerse en unidad con todos y con todo lo creado. Esa frecuencia vibratoria la llamamos AMOR o consciencia de UNIDAD, y al lugar de la mente donde viajan aquellas consciencias desencarnadas que ya alcanzaron este grado de luz o claridad, le dimos el nombre de EDÉN.
El paraíso terrenal existe, y es muy real, tanto como el plano de La Tierra. Es un lugar de belleza inimaginable y celestial construido por nosotros mismos a nivel de la divinidad, para dar albergue a los dioses y diosas que en realidad somos, es decir, a aquellas consciencias que en su vida terrena alcanzaron a comprender la verdad más profunda de su ser: que eran el personaje mortal de su propio sueño cósmico.
El cuerpo humano es el templo, o sea, el receptáculo, del espíritu de Dios, sólo que en la oscuridad de su propia mente subconsciente el humano lo olvidó, se olvidó de quién era ÉL.
Cuando la consciencia alcanza la frecuencia vibratoria del amor o unidad, puede seguir evolucionando, tras su desencarne del plano terrestre, en un entorno más sereno y estable, libre de toda la contaminación energética que azota la realidad exterior del planeta (violencia, guerra, crueldad...), para seguir caminando hacia su propia divinidad, aquélla de la que un día eligió libremente separarse para sumergirse en las profundidades más oscuras de su propia mente subconsciente, en un sueño llamado vida, donde experimentaría la dualidad y la separación consigo misma, esto es, la distorsión de su propio pensamiento.
Sin embargo, en su eterna sabiduría, dejó preparado para sí misma el camino de regreso, a sabiendas de que un día, en alguna de sus vidas, despertaría a la verdad que llevaba oculta dentro de sí, y comenzaría a comprender quién era ella en realidad: el TODO experimentando su propia creación.
Entonces ascendería a niveles superiores de su propia mente para seguir evolucionando de regreso a sí misma...
Extraído del libro: EDÉN