12/01/2025
“Los condicionamientos, -sobre todo aquellos que han formateado a quienes ASPIRAN A SER BUENAS-, hacen que se dispare el sentimiento de vergüenza de sí cada vez que, en forma natural, debiera haber un disfrute, modesto honroso, de las propias buenas cualidades y acciones.
Desde ese punto de vista, no avergonzarse ante esos atributos se lo toma como señal de EGOCENTRISMO Y ARROGANCIA. (Y recordemos que la palabra "arrogancia" refiere a aquel que se arroga buenas cualidades de las que en realidad carece, o bien que se arroga tenerlas en una proporción mayor a la real.)
Disfrutar legítimamente de quien se es, de los propios dones, talentos y logros, es vivido por la buena persona como una actitud narcisista y despreciable. Por ende, somos apreciables si nos despreciamos, despreciables si nos apreciamos. ¡Qué encrucijada!
Sin duda que por eso fue que la obra de Walt Whitman, a mediados del 1800 recibió las críticas más feroces. Pero lo maravilloso no es que se cantara a sí mismo, sino que invitaba a que cada uno hiciera propio ese canto de reivindicación de la propia identidad. Él luchó contra la esclavitud, y ya los primeros versos de su "Canto a mí mismo" nos invitan a un éxodo profundo que nos saque de la autoesclavitud de la vergüenza de sí:
'Me celebro y me canto a mí mismo.
Y lo que yo diga ahora de mí, lo digo de ti,
porque lo que yo tengo lo tienes tú
y cada átomo de mi cuerpo es tuyo también.'
Quien deja de tener vergüenza de sí por vía de trascendencia (y no de egocentramiento) ejerce un efecto altamente inspirador. Una simple anécdota lo ilustra: una vez fui a una feria de libros usados en Buenos Aires, pues había perdido mi ejemplar los poemas de Whitman. Mi espíritu necesitaba volver a tenerlo. El librero, -conocedor de su oficio-, se sonrió ante mi pedido y me dijo: ‘¡Qué hermoso libro! Dan ganas de ser el autor.’”*
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Te pregunto: ¿en qué momentos experimentas o has experimentado una absurda vergüenza de ti? Si pudiste superarla, ¿nos convidas cómo lo hiciste?
Me quedo aquí, escuchándonos!
Virginia Gawel
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* Fragmento de “El Fin del autoodio”, de Virginia Gawel, (Editorial El Ateneo), accesible desde cualquier lugar del mundo.