23/09/2025
Querido padre, querida madre, querida persona al cuidado de un menor:
Te tengo una invitación.
La invitación a desprenderte de tus anhelos para ver a tus hijos tal cual como son.
A conocerlos, a ver la magia que hay en cada uno de ellos.
Cada uno es un mundo; un universo en profundidad.
Cada día que pasa en tu sesgo, es un día que pierdes en conocer a un nuevo ser.
Pero no uno cualquiera, ¡es aquel al que le diste vida!
Y probablemente también mucho más que eso.
Aquel por quien dejaste todo para permitirle surgir.
¡Permítele que surga en plenitud!
¿Es a otro a quien permites surgir o a aquello que no has logrado ver surgir en ti?
Permítete desprenderte de tus heridas y de tus miedos para disfrutar tu vida viendo y acompañando cómo surge alguien más.
Alguien diferente. Un mundo nuevo. Algo nuevo para el mundo. Alguien que viene a recorrer su propio camino.
¡Libérate, libéralos!
Disfruta de conocer quiénes son, cómo son.
Cuando estás dispuesto a conocer al otro, también estás dispuesto a conocerte a ti.
Escucha quienes son, acompaña su existencia.
Permíteles -permítete- dejar un legado único en el mundo y abandonar tu intento de perpetuar en ellos tu ser.
Permítete conocer aquel ser único que va a permanecer un tiempo más allá que el tuyo.
Permítele al mundo personas que sepan SER.
Que sean ellos mismos, que brillen en su luz.
Aquella que no tendrían sin ti.
Permítete la verdadera trascendencia.
Deja tu legado libre de la estrechez de tu deseo.
El mundo necesita personas auténticas; las personas necesitan ser auténticas.
Te dedico estas profundas palabras con mi profundo amor por la humanidad.