La terapia de flores de Bach es reconocida el año 1976 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como parte de las terapias complementarias para la salud en Chile. En esta terapia las esencias dan la energía curativa de una flor silvestre, es decir, su fuerza vital interior que la diferencia de otras flores comunes. Este nuevo sistema natural de curación, es capaz de conseguir el equilibrio natural y de curar el conflicto entre cuerpo, mente y espíritu, que se considera la verdadera causa de desavenencia física y metal, aliviando el sufrimiento al tratar a las personas más que a la enfermedad y a la causa antes que el efecto o los síntomas. Dadas sus propiedades bio-enérgeticas, pueden ser tomadas por personas de todas las edades y no interfieren sobre otros tratamientos médicos, por lo cual son ideales como apoyo al tratamiento tradicional, potenciando sus resultados. Las esencias florales en general, constituyen la más significativa herramienta terapéutica disponible hoy en día, para armonizar y sanar los grandes conflictos emocionales, mentales o espirituales, que están en el origen de la gran mayoría de las enfermedades. En la práctica estas esencias florales se ingieren como gotas a nivel sublingual, que de manera similar a la homeopatía ingresan directamente desde allí hacia los cuerpos sutiles o campos bio-energéticos del ser humano, armonizándolos y re-equilibrándolos. Tenemos así esencias florales específicas que apuntan, cada una, a aliviar diversos problemas emocionales como por ejemplo el miedo, la tristeza, la culpa, la ansiedad, la depresión, la baja autoestima, y muchos otros.