30/12/2019
Como padres, nuestro objetivo siempre es la protección de nuestros hijos, pues su bienestar depende de nuestro cuidado. Esto ayuda a que el niño se sienta seguro de poder explorar el mundo y de desarrollarse emocionalmente cultivando su autoconfianza y autoestima.
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Por otro lado, una sobreprotección puede llegar a ser muy dañina. Al principio, puede parecer que es una forma de cuidar y de demostrarles lo mucho que nos importan. Pero es una actitud que va más allá del cuidado básico y de satisfacer sus necesidades, es una manera de ejercer control, generado por el propio miedo del adulto para controlar el entorno.
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Si constantemente transmitimos solo los aspectos negativos de realizar actividades, enfocando nuestro discurso en los riesgos, este mensaje generará inseguridad y miedo al niño. No se trata de no protegerlo ni advertirle de posibles peligros, sino de explicarlos como una de las partes de cualquier actividad. Comentarios del tipo “no juegues ahí que hay muchos bichos y te pueden picar” por ejemplo, pueden generar en el niño miedo a explorar y jugar al aire libre.
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Otra actitud sobreprotectora es no dejar que el niño se equivoque o aprenda a hacer las cosas solo. De esta manera, el niño adopta un actitud pasiva en donde el adulto es el que soluciona el problema pues es él el que tiene las respuestas. Se debe dejar que los niños busquen y encuentren soluciones autónomamente, vigilando desde la distancia en caso que necesiten apoyo. Cuando no damos espacio a la autonomía, el mensaje que el niño recibe es “Tu no puedes”, “yo lo hago mejor”, “te vas a equivocar y eso es malo o peligroso”
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Algunas consecuencias la sobreprotección en la adultez pueden ser:
📌Falta de autonomía: Sentirá que necesita de alguien que le diga cómo hacer las cosas generando dependencia.
📌Inseguridad: Constantemente dudará si su juicio, sus ideas o sus acciones son apropiadas.
📌Miedo al error: Dejará las decisiones importantes en manos de otros “más capacitados”
📌Ansiedad: Las situaciones nuevas le producirán malestar y querrá evitarlas.
📌Poca tolerancia a la frustración: Ya que “equivocarse es malo”, cada error vendrá acompañado una reacción emocional negativa.