09/06/2020
A mi hermana la dejaron plantada en el altar. Se puso a llorar y se fue corriendo a la casa de la mujer con la que supuestamente se la estaban cagando. Se metió a la mala por la puerta y le pegó un combo de entrada a la “amante”, revisó cada rincón y no lo encontró, solo estaba allí el verdadero novio de la susodicha. Llegó carabineros y se la llevaron presa, pasó en cana la noche en que se suponía que debía ser su luna de miel. Fui y le pagué la fianza, pero yo no iba con buenas noticias, le conté que el pololo murió apuñalado en un asalto cuando iba camino a la iglesia.
La solterona eterna, le decía que daba lo mismo, que podía vivir sin un hombre pero ella tenía eso de estar en pareja, quizás le afectó la ausencia de nuestro padre, no sé, a mí siempre me dio igual ese asunto. Supongo que la gente es distinta no más.
Cumplía 48 años y me contó que renunciaría a su trabajo como profesora de un colegio porque se iría al sur, que había conocido a un tipo por Facebook y se casaría. Le dije que estaba loca, ni siquiera había compartido en persona con él para saber si realmente valía la pena, pero no, además quien era yo para obligarla, ella bastante adulta para decidir por su vida.
Se fue no más.
Tomó un bus y partió, un viaje de 26 horas hasta llegar a la ciudad principal, luego una micro que la llevase hasta el interior, 4 horas… y cuando bajó se dio cuenta que tenía que entrar a un pueblo... a pie. Me llamó por teléfono y le dije que el otro tipo por último la fuese a buscar… pero ella no, no importa. Hizo dedo y se subió a la parte de atrás de una camioneta y se fue durmiendo entremedio de unos cajones con tomates.
Llegó en la tarde, con todos sus bolsos, cansada pero feliz, al fin conocería a su amor. Acercándose a la casa apareció una mujer quien la fue a abrazar.
- Usted es la novia de mi Leito ¿Verdad?
- Sí… soy yo.
- Él la quería tanto… estuvo esperándola… pero le dio un infarto el día de ayer y murió.
Casi se va de espalda, estaba toda la familia velando al tipo, al otro día lo enterraron en el patio de la casa. El hijo del difunto, de tan solo siete años, lloraba y abrazó a mi hermana.
- Me quedé solo. Mi mamá y mi papá se fueron al cielo - le dijo.
La familia en tanto le insistía a mi hermana que no era necesario que se fuera de inmediato, que se podía quedar en la pieza de su novio unos días, que el viaje había sido cansador, que aprovechara de relajarse, que la atenderían bien.
Familia de campo, cariñosa, servicial, nunca vio una mala cara en ellos.
Una noche entró a la habitación y sorprendió al niño leyendo con un libro que sacó de su maleta sin su permiso, este se asustó y le pidió disculpas pero a ella no le importó, de hecho se lo regaló.
- Gracias, pero yo no sé leer, en realidad en la familia nadie sabe, solo mi papá.
Ahí ella no se aguantó las ganas, sacó sus dotes de educadora y comenzó a enseñarle.
- ¿Señora? ¿Usted también quiere aprender?
Toda la familia de pronto estaba recibiendo clases, y no solo de lenguaje sino que también de matemática básica.
Siempre les dedicaba una hora, incluso en el almuerzo también repasaba algo de historia y ciencias. En ese instante mi hermana comenzó a sentirse útil, mientras los demás cosechaban, ordeñaban, cocinaban y trabajaban en todo lo que requería para mantener un pequeño campo para vivir, ella los educaba.
Me llamó por teléfono, la señal era pésima, de hecho cuando su novio hablaba con ella por Facebook era cuando este subía un pequeño monte para tomar señal, mismo lugar de donde me estaba hablando, el mismo lugar donde el niño usaba el computador de su padre para ver videos de Youtube en baja resolución.
- Creo que me voy a quedar un tiempo más. Estoy cansada de la ciudad, este lugar es tranquilo, la familia me quiere, además les estoy haciendo clases. En un tiempo más me voy a volver vieja, y tienes razón, quizás no necesite un hombre en mi vida.
Llevaba un tiempo y el cariño comenzó a crecer, todos se veían muy entusiasmados con ella, la guinda de la torta fue cuando el pequeño le dijo “mamá”. Yo hubiese salido arrancando si un niño que no es mío me hubiese dicho eso, pero ella no, mi hermana, afectuosa, cariñosa y tierna. Se veía contenta, cómoda, asumiendo ese rol de madre y que nadie le negaba.
La familia la trató como una más. De hecho le celebraron el cumpleaños y todos dedicaron palabras bonitas. Quizás encontró el amor que siempre buscó.
Una noche, vio al niño por la ventana sentado justo en el lugar donde enterraron a su padre, llovía. Mi hermana se abrigó y salió a buscarlo. Se acercó a él y el pequeño no le contestó.
Quiso tomarlo en brazos para entrar con él a la casa pero este la rechazó.
- ¿Qué pasa? – preguntó mi hermana.
- Viene otra persona, te tienes que ir - le respondió.
No entendió absolutamente nada. Se dio la media vuelta y apareció la que sería su suegra, dándole un hachazo en el estómago. Desangró en la tierra mientras veía como se le iba la vida.
Llegó toda la familia, la tomaron, abrieron el mismo hoyo y la tiraron encima de su novio. Abajo de su novio había otra mujer, y debajo de aquella mujer, otro hombre, al menos 16 cadáveres enterrados uno tras otro.
Al otro día apareció un tipo con un bolso, y la señora lo abrazó.
- ¿Usted es el novio de mi hija? Lamento decirle que ayer murió de un infarto.
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“Familia de campo”
Autor: El Borrador
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