Bienvenidos a todos en nombre de cada uno de los integrantes de Yohanan therapeutes. Es una alegría el poder compartir con tantos corazones amigos el motivo que hoy nos reúne: el inicio espiritual de Yohanan therapeutes.
Esta invitación forzosamente restringida por las características físicas del lugar, quiere ser no obstante, emblemática de nuestra voluntad de querer mantener relaciones fraternas con toda la actividad antroposófica de Chile.
Quería contarles algo de la historia de la gestación de este nacimiento, es decir de la historia prenatal o pre-encarnación de este impulso, que hoy ya vemos nacido con su cuerpo físico y todo.
Hace unos 3 años iniciamos con Verónica un trabajo terapéutico compartido en relación a pacientes en común. Esta labor se fue intensificando cada vez más. Siempre habían diálogos en torno a “nuestros niños”. Verónica, ya trabajaba en ese entonces, en conjunto con Josefina Lois, como psicopedagoga de los niños. Al mismo tiempo apareció Margarita Barría, una enfermera pediátrica, encendida con la idea de la cabalgata terapéuticarealizada desde la antroposofía, que hizo su formación en el Sonnenhof- Cuando volvió comenzamos también un trabajo en equipo cercano, que luego se amplió con una segunda terapeuta, Esperanza Silva.
También de a poco se fueron acercando médicos interesados en la medicina antroposófica (a quienes después pediré se presenten), por lo que se conformó un grupo de estudio semanal. Por estos días, Ximena Simon, antigua antropósofa y pedagoga curativa, había completado una formación de baños y aplicaciones externas en Suiza y Alemania, por lo que también comenzamos un trabajo conjunto al compartir pacientes.
Todos trabajábamos o estudiábamos juntos, pero separados físicamente. Por lo que era un anhelo hacer una realidad visible la reunión que ya se daba en la actividad diaria.
Verónica se tomó esto muy en serio y como individualidad con una fuerte voluntad que es, encontró esta casa, que por cierto estaba en muy mal estado, para concretar nuestro anhelo. Cuando me invitó a conocerla me dijo: “Tienes que mirar con ojos de futuro”. Ella pudo hacerlo y llevar a la voluntad esa mirada, ya que ese futuro es un presente hoy, y si bien nuestra casa aún no está terminada, estamos contentos de que ya es un lugar acogedor.
La euritmia terapéutica ha mostrado tal demanda en Chile, que nos vimos en la necesidad de buscar a un euritmista terapéutico más para que pudiera desarrollar esta labor con Verónica. Tuvimos la suerte de encontrar a Gonzalo Lascano en Argentina, que precisamente en aquel momento, estaba mirando en pos de nuevos horizontes. Gonzalo llegará a trabajar con nosotros a fines de abril.
Así nació, de manera muy orgánica, esta reunión de gente, que ya venía reunida en los hechos y en un ideal común, buscar ayudar desde la terapéutica antroposófica a la salud del ser humano, en el sentido más alto.
Cuando nos reunimos con Verónica a pensar en el nombre, después de dormirlo por varias noches, coincidimos, Sí, es Yohanan, Yohanan therapeutes.
Yohanan es Juan, en griego.
Juan Bautista, aquel, que por su preparación interior en un pasado, poseía la capacidad para reconocer al Cristo aquí en la Tierra. Él dijo: “yo lo contemplo, y así doy fe, que este es el hijo de Dios”
Juan Evangelista, que por revelaciones de Rudolf Steiner podemos saber que fue Lázaro, el primer iniciado cristiano. Aquel que estuvo durante 3 o 4 días dado por mu**to y que es sacado de ese estado por el mismo Cristo. Él es aquel capaz de comprender íntimamente el proceso de la resurrección. Es el único discípulo capaz de acompañar con plena conciencia al Cristo en el misterio del Gólgota, en la muerte y la resurrección.
Estos dos pilares humanos, uno al principio de su vida como Cristo, en el bautismo del Jordán y el otro en su muerte, se erigen como verdaderos reconocedores y servidores de Él. Tienen además una muy íntima relación espiritual entre sí, como lo dejara abierto Rudolf Steiner en la última conferencia que pudiera dar antes de su enfermedad.
Juan habla del Verbo hecho carne, del verbo como fuerza sanadora por excelencia. También habla del otro Juan, como aquel que puede dar testimonio de la Luz.
Los 2 Juan fueron aquellos hombres adelantados, inspirados por el Cristo como ideal de la sanación más profunda, la transformación de la materia, la curación de la encarnación humana, el vencer la mayor enfermedad de todas, la muerte a través de la resurrección.
Therapeutes, también significa en griego nada menos que terapeutas, pero a la vez quiere decir: servidores de Dios.
Estos ideales, unidos a la fuerza de Rafael y Micael quieran inspirarnos, para que podamos humildemente encarnar el arte de curar, cuya fuente fue la labor conjunta de Rudolf Steiner e Ita Wegman. El reconocerla y aspirar a inspirarnos en el espíritu del trabajo compartido de Rudolf Steiner e Ita Wegman es el corazón más íntimo de nuestros anhelos cotidianos.
Quiera el Yo, que así sea.