27/12/2022
Las hijas de madres narcisistas, son mujeres que experimentan desde temprana edad un vacío extremo, desencadenada por esta relación poco saludable que tiene con su madre.
Reponerse de este tipo de relaciones supone un trabajo importante, en donde las hijas deben aprender a relacionarse nuevamente consigo mismas desde un lugar compasivo y de entendimiento. El trabajo no es sencillo, pues implica derribar muchos pensamientos irracionales, replantearnos nuestra idea del amor y reconocer la importancia de poner límites.
Linda Vaugham, relata en este conmovedor poema el dolor de una niña ante la ausencia de amor de su madre.
Querida mamaíta,
lo estoy haciendo muy bien.
Tengo sobresalientes en todo en la escuela
y ya no lloro a la hora de irme a la cama,
aunque mi nueva mamá dijo que podía.
Recuerdo lo mucho que odias las lágrimas,
me las secabas a bofetadas
para hacerme fuerte.
Me parece que funcionó.
He aprendido a usar un microscopio
y me ha crecido el pelo cinco centímetros.
Es bonito, igual que el tuyo.
No me dejan limpiar la casa,
sólo mi propia habitación,
¿no es una regla extraña?
Tú dices que los niños causan tantos problemas
al nacer que más les vale compensarlo.
No he de cuidar
de los otros niños, sólo de mí, y eso me gusta.
Todavía siento el n**o en el estómago
cuando hago algo mal, pero
tengo escrito en mi espejo:
«Los niños se equivocan. No pasa nada».
Lo leo cada día.
A veces, incluso me lo creo.
Me pregunto si alguna vez piensas en mí
o si te alegras de que la que creaba problemas se haya ido.
No quiero volver a verte nunca.
Te quiero, mamá.