22/08/2025
ALGUNAS IDEAS PARA EL CONTROL DE LA IRA (y también pudiera utilizarce en otras conductas que desee mejorar)
¨Entrénese en observar y describir su conducta¨
A la conducta le precede el pensamiento y la emoción (aunque el orden y la identificación de estos elementos sea complejo precisarlo en algunos casos). El pensar clarifica, ilumina, esclarece. La emoción dinamiza, le da luz y soporte a las ideas. Cuando se integran con los propósitos, con los objetivos que queremos, el resultado suele ser una respuesta acorde a la situación, nos sentimos conformes: tuvimos el control de nosotros, ese tan anhelado y, en ocasiones, escurridizo autocontrol. Eso que tantas veces buscamos y no siempre logramos alcanzar. ¿Verdad?
En el impulso de ira, en ese arranque violento que se siente imposible frenar, como si se ardiera en lo interno, suele existir un desajuste, un desacuerdo con la situación donde este impulso se expresa. Algo no encaja.
Y eso que desentona, que está fuera de lugar, es nuestra reacción; esa que nos deja con mal sabor, desazón que nos dura después en forma de frustración, de dolor, "otra vez no pude", "hice daño de nuevo", "¿cuándo acabará esto?"
Si queremos aprender a controlarnos, a ser dueños de nuestros actos, aún en las escenarios más complejos, es necesario aguzar la atención, estudiarnos concienzudamente.
Lo primero que observaremos es que este impulso molesto e irreflexivo puede que no sea generalizado en toda nuestra vida; se concentra en algunas áreas, personas, ideas. Y ahí tenemos una pista por dónde empezar a mejorar, las prioridades de la corrección propia.
Identifique dónde la ira aparece: con quién, cuándo, en qué circunstancias, cómo Ud. reacciona. Dedíquese en esta parte a describir lo que pasa, no evalúe el por qué, no se dé explicaciones sobre causas, esa es otra etapa. En esta se trata de acopiar toda la información posible sobre la ocurrencia de la conducta de ira. La objetividad máxima es la clave.
Hay situaciones que descontrolan y otras, no.
¿Ya lo vio? ¿Se dio cuenta? ¿Pudo describir?
No sólo describa en su mente. Lleve cada detalle de lo observado al papel. Si está aprendiendo o retomando su conocimiento ante las reacciones de ira, no deje la responsabilidad del recuerdo a su mente: le engañará, delo por seguro.
Fórmese el hábito irrenunciable de escribir. Sus escritos le salvarán.
Y en el próximo evento, donde la ira le gane: no se desespere, no la emprenda contra ella, no contra Ud., ni contra nadie. La ira ha sido su amiga durante suficiente tiempo para que se resista a abandonarle tan rápido, ella también tendrá su amor propio, ¿no?
Ud., ya sabe, vuelva a describir esta vez, y la próxima, hasta alcanzar suficiente información crítica, fiable, de su conducta para después analizarla.
¿Qué tal le parece esta sugerencia? ¿Le gustaría compartir su opinión y experiencia?
Me encantaría leerle, intercambiar.
Y esperemos nuestro próximo encuentro para aprender a ganarle la pelea a esa caprichosa y fastidiosa amiga: la ira.