El diagnóstico de la esquizofrenia ha evolucionado de manera
espectacular durante los últimos 100 años desde las primeras descripciones
realizadas por Kraepelin y Bleuler y este proceso aún continúa en la
actualidad. Los cambios sin fin del diagnóstico son parcialmente atribuibles
a la heterogeneidad sintomatológica en la esquizofrenia y a la etiología
compleja, la cual es comprendida hoy día sólo en una pequeña medida. Por
otro lado, la evolución de los sistemas y modelos de diagnóstico precoz y
de tipo diferencial están cambiando los puntos de vista, las prioridades y las
posibilidades en el tratamiento de la esquizofrenia. Los análisis originales
de Kraepelin y Bleuler captando rasgos distintivos de la esquizofrenia, aún
siguen influyendo y son la base en nuestra comprensión y conceptos sobre
la enfermedad. Para resolver el problema de la heterogeneidad fenotípica
ha habido dos enfoques conceptuales que aparecen a lo largo de la historia
de los diagnósticos de esquizofrenia. El enfoque categorial, ha definido
subgrupos dentro del trastorno, mientras que el pensamiento dimensional
pone énfasis en la gravedad de los diferentes grupos de síntomas. La presente
revisión del DSM (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders,
EEUU) se caracteriza por el fortalecimiento del enfoque dimensional. Las
investigaciones en curso y futuras sobre determinados biomarcadores,
fisiopatológicamente tendrán un impacto importante en el sistema de
diagnóstico precoz y tratamiento integral de la esquizofrenia.
2. Por otro lado, en los últimos años se han realizado importantes avances
en el campo general de las psicosis, que nos permiten un abordaje
multidimensional. El aporte de las neurociencias, la genética, la lingüística,
entre otras, enriquecen y complementan la comprensión desde una
aproximación clínica basada en el encuentro intersubjetivo con el otro.
3. La necesidad de pesquisar y tratar más precozmente estas patologías,
debido al impacto que esto genera en el pronóstico, necesariamente nos
obliga a dirigir nuestra mirada también hacia la infancia, por lo que ya no
basta sólo con realizar abordajes paliativos, sino que nos obliga a agudizar
la mirada a etapas más tempranas.
4. El objetivo general de este diploma es actualizar para los alumnos estos
cambios y así mejorar la comprensión y las posibilidades de tratamiento de
los pacientes que sufren de estos complejos trastornos psicóticos.