07/11/2025
En una época que nos invita a expulsar lo que se reconoce como extranjero o diferente, se hace urgente ensayar respuestas que discutan con la experiencia del “verdadero Yo”; pues si quienes somos, antes que una esencia que se despliega, se parece más al hábito que un día no se tuvo pero se incoporó, entonces las identidades, individuales, colectivas, nacionales, también tendrán que ser pensadas como hábitos a enseñar, a compartir y a crear. La identidad sería, entonces, la manera en que nos transformamos en lo que somos y, por tanto, una aventura, un juego.