
07/08/2025
Hay formas de amor que no solo contienen,
sino que sostienen.
Amar en la crianza no implica solo brindar afecto
o cuidados visibles.
Es reconocer al niño o la niña como un sujeto psíquico,
con un mundo interno singular
que necesita ser acogido y sostenido.
Cuando el amor sostiene,
crea un entorno simbólico que favorece
la construcción de su subjetividad
y su desarrollo emocional.
No todos pudieron crecer en entornos así.
Algunas personas fueron criadas desde el miedo,
aprendiendo a protegerse del vínculo
en lugar de poder abrirse a él.
Estas experiencias dejan huellas,
y a veces se hacen presentes en la vida adulta:
en la manera de vincularse,
de sostenerse a sí mismo,
y de construir lazos con otros.
“Cuando un niño es criado desde el miedo,
no aprende a amarse, sino a defenderse”
— Françoise Dolto
Solo en un ambiente seguro
— donde el niño o la niña se siente mirado
y comprendido —
puede nacer la confianza:
en sí mismo,
en los otros,
y en la posibilidad de ser amados,
sin la necesidad de defenderse.