09/12/2024
Sumergida en un sueño me vi caer lentamente , era en lo más profundo donde encontraría mi libertad.
En mi descenso me fui sintiendo en una extraña y cálida atmósfera, contenida , segura. Una energía amorosa y sanadora que habitaba dentro y fuera de mi.
Raíces salieron de mis pies y fui sintiendo que ocupaba mi lugar en mi árbol familiar, estaba ocupando el lugar que me corresponde, aquel lugar que fue creado para mi desde el momento de mi concepcion , tomando la vida desde mi inhalación me di cuenta de que si ocupo mi lugar estoy segura en la vida.
Ocupar mi lugar en mi clan familiar es un acto de amor hacia mi.
Pude ver que desde el lado izquierdo de mi espalda se desprendia toda la rama familiar que venía de mi madre, ella es el eslabón de conexión al bagaje antiguo que me sostiene, desde su legado y su sangre, ella es la conexión a la energía femenina dentro de mi.
Al lado derecho de mi espalda pude sentir como se desprendía toda la rama familiar que venia desde mi padre. El como hombre es el eslabón que me conecta a la fuerza de su bagaje ancestral y su sangre. El es mi conexión de la energía masculina que habita dentro de mi.
Percibí que eran como dos alas, una más herida que la otra. Y desde lo mas profundo de mi alma pude sentir cual necesitaba mas atención que la otra.
Con la conciencia de todas las heridas que he heredado, me rindo a ellas, soltando aquellas de las que no me puedo hacer cargo y las entrego a lo más divino, comprendiendo hoy que muchas veces no está en mis manos cambiar esos destinos.
Con la más profunda humildad que ocupo en mi linaje, entrego todo, entrego hasta aquello que no he podido sanar en mi, porque no tengo las fuerzas ni las herramientas para hacerlo por mi misma.
De esta forma permito que todas las heridas sean iluminadas y sanadas por la energía vital del amor.
Hatzlaja Shalom
(Agradecimientos infinitos a Paulina)
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