30/11/2025
Soy un neurocirujano de Ecuador de 55 años, parido en mi país y con un intento de perfección entre Argentina, Chile y otros países que se brindaron para ofrecerme entrenamiento. He tenido la suerte de hacer amistades efímeras de casi todos los países de Sudamérica, nunca pensé radicarme en Chile pero acá echamos raíces y hasta una nieta me dio esta tierra, los amigos son argentinos, chilenos, cubanos , peruanos, colombianos, y cómo no venezolanos. Colegas todos especiales en los últimos años todos transformistas , uno de ellos en tiempos de encierro, empezó a retratar a todos los personajes posibles quizás para llenar el espacio vacío que queda entre el comienzo raudo de la carrera y la realidad pagana que de repente se impone y no se doblega. Yo también encontré en la pintura la manera de auto retratarme después de años de haber abandonado el pincel. Otros más con aficiones distintas pero todos con alguna cosa que contar, un antiguo amigo aventurero, pionero de la cirugía a craneo cerrado en Chile que tiene más vidas que un gato. Nostalgia me generan las noticias y de solo pensar que Venezuela podria ser “liberada” por los gringos en poco tiempo me causan incertidumbre de que muchos de los amigos colegas venezolanos vayan por donde vinieron a tratar de reconstruir lo destruido, pero creo que muchos también echaron raíces acá en el Sur del continente y el tiempo no les dará para vivir la reconstrucción porque echarse un país rico como Venezuela es tarea fácil, pero reconstruir y volver al estado primitivo toma entre 20 a 30 años en el mejor de los casos. Si llega el momento y se van los extrañare, y también a los pacientes la gran colonia que eligió escapar del desorden que implantó el sistema del socialismo del siglo XXI, que no tiene ninguna diferencia al del siglo XX, nostalgia provoca el continente pero somos gente alegre y nostálgica los ecuatorianos, especiales, nos causa alegría escuchar y llorar con los tristes pasillos de Julio Jaramillo, el canta nuestros lamentos y cuitas.