
17/04/2025
El paradigma de la neurodiversidad implica la visibilización de que existen condiciones neurológicas diversas y funcionamientos cerebrales diferentes. Por tanto, nuestra mirada de la neurodivergencia no es desde el "déficit", sino desde la aceptación, validación y empatía por las diferencias, reconociendo tanto los desafíos como las fortalezas y habilidades únicas de cada persona, para potenciarlas 🤍
Para ello es fundamental: usar lenguaje que empodere, no que reduzca ni excluya.
Practicar la escucha activa y la validación.
Entender que la conducta tiene una función, por ejemplo en personas autistas los movimientos estereotipados cumplen una función de autorregulación emocional, por ende, intentar simplemente extinguir esta conducta "porque no "encaja" con el comportamiento "esperable" o normal" en una sala de clases, es dejar al niño sin su herramienta principal de autorregulación y forzarlo a funcionar de una forma"neurotipica", que no es acordé a su funcionamiento cerebral, a su forma de procesar la información, a su forma de aprender, de expresarse y de percibir los estímulos del entorno.
Por ende, desde lo profesional, es indispensable entender que "toda conducta comunica" y cumple una función. Por lo que necesitamos intervenir desde el acompañamiento respetuoso y empático, ofreciendo los apoyos sensoriales necesarios, para ajustar el entorno a sus necesidades, más que intentar forzar que la persona se ajuste a entornos neurotipicos que no se adaptan a su funcionamiento cerebral neurodivergente.