16/06/2025
Según Tolle el pasado no tiene realidad propia, solo sobrevive en la mente como recuerdos, pero no es lo que somos, somos eterno Presente.
Ahora, el verdadero problema no es el pasado en sí, sino la identificación con él. Nos definimos por nuestras historias pasadas y nos quedamos atrapados en el dolo, resentimiento o culpa que conllevan, manteniendo activo lo que él llama el "cuerpo del dolor".
El cuerpo del dolor, es una acumulación experiencias pasadas no procesadas emocionalmente —traumas, pérdidas, humillaciones, resentimientos— que no fueron liberadas, sino almacenadas como energía emocional negativa. Es como una entidad energética que se activa cuando algo nos recuerda heridas pasadas, y nos hace reaccionar de forma intensa, automática y desproporcionada. Se alimenta de emociones negativas y del pensamiento compulsivo.
Cada vez que revivimos mentalmente el pasado, especialmente las heridas, alimentamos ese cuerpo del dolor, dándole nueva fuerza. Además reforzamos el ego, que es una falsa identidad mental, creada a partir justamente de historias, creencias, experiencias pasadas y nuestra identificación con las cosas.
“El ego vive del tiempo: mientras más te enfoques en el pasado o el futuro, más fuerte se hace.” – Tolle
Ahora bien, Tolle no solo se queda en definir nuestra prisión sino que nos da la solución para poder salir de ella, y esta libertad comienza al observar la mente sin identificarse con ella. Al entrar plenamente en el presente, las historias pierden su poder. En palabras de Tolle “La historia personal se disuelve en la presencia”.
“El pasado no tiene poder sobre el momento presente. Cada historia que te cuentas sobre quién eres es solo eso: una historia. En cuanto dejas de contarla, en cuanto entras en el ahora, estás libre.” – Eckhart Tolle –