24/02/2023
¿Cuál es el peligro de la coerción reproductiva?
Los tiempos están cambiando, las mujeres ahora tienen nuevas oportunidades y valores, pero aún les imponen el papel tradicional de “guardianas del hogar”. Todas las mujeres han sufrido coerción reproductiva al menos una vez en su vida. La sociedad, la familia e incluso el estado están tan preocupados por tu función reproductiva como tú.
¿Qué es la coerción reproductiva por qué es peligrosa? Hoy responderemos a estas preguntas.
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¿Qué es la coerción reproductiva?
Desde la infancia, la familia y la sociedad prepara a las niñas a ser madres. Cuando crecen, los padres piden nietos, y hasta los empleadores a veces se niegan a contratar a una joven empleada por temor a que muy pronto se vaya de baja por maternidad.
Son ejemplos de la coerción reproductiva, es decir, control sobre la salud reproductiva de la mujer. Este control se manifiesta de forma más evidente dentro de la relación amorosa o la familia. Por ejemplo, un cónyuge o pareja puede recurrir al "sabotaje anticonceptivo" (por ejemplo, perforar condones) para dejar embarazada a una mujer o, por el contrario, forzar un ab**to. A menudo, los familiares también intentan controlar la función reproductiva de una mujer.
La coerción reproductiva también puede ejercerse a nivel estatal. Un ejemplo hiperbolizado de este hecho está descrito en la antiutopía El cuento de la criada. Su acción se desarrolla en la República totalitaria de Gilead, donde las mujeres no tienen derechos sobre sus propios cuerpos: pertenecen a los hombres (como hijas, esposas o sirvientas), y su función reproductiva está regulada por el gobierno.
Algo parecido, aunque en una escala mucho menor, está sucediendo en la realidad. En algunos países, las mujeres no tienen derecho a abortar, mientras que en otros se requiere el consentimiento de la pareja o familiar varón.
La coerción reproductiva está integrada en el propio sistema de valores, en el que la felicidad de la mujer (que por alguna razón difiere de la universal) y su única finalidad es la procreación. En tal sistema, una mujer no es una persona de pleno derecho: necesita ser "completada" con un niño.
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¿Por qué es importante hablar del tema?
Recientemente, el tema de la coerción reproductiva se ha vuelto más frecuente en la sociedad.
En 2009, una red de clínicas de salud reproductiva del estado de Carolina del Norte (EE. UU.) realizó un estudio a gran escala sobre el tema de la coerción reproductiva. Los resultados de la encuesta revelaron lo siguiente:
1 de cada 5 mujeres experimenta presión sobre sus decisiones reproductivas
El 15% de mujeres contaron sobre los intentos de su pareja de hacerlas dejar de usar anticonceptivos sin su consentimiento o a veces incluso sin su conocimiento (tiraron anticonceptivos orales, los cambiaron por otras pastillas, etc.)
El 53% dijeron que habían sufrido violencia sexual por parte de su pareja
De este 53%, el 35% fueron objeto de violencia con el propósito de concebir un hijo
Y este es solo un estudio, los números reales podrían ser mucho más altos.
¿Por qué es peligrosa la coerción reproductiva?
Vemos un ejemplo típico de coerción reproductiva en la serie de televisión Mujeres desesperadas. Gabrielle desde el principio dijo a su esposo que no quería tener hijos. Sin embargo, tras la muerte de su madre, Carlos se obsesiona con la idea de tener hijos y se atreve al sabotaje anticonceptivo: reemplaza las pastillas anticonceptivas por otras. Como resultado, Gabrielle queda embarazada y eso la traumatiza. No puede aceptar el embarazo durante mucho tiempo y, finalmente, experimenta un ab**to espontáneo, que también afecta su psique. Estas pueden ser las consecuencias de la violencia reproductiva.
Si una mujer toma decisión de tener hijos bajo la presión de su pareja, familia o sociedad, el embarazo y la maternidad pueden alterar sus planes de vida, afectar negativamente su crecimiento profesional y su desarrollo personal.
Incluso las mujeres que querían y planeaban tener un hijo sufren de depresión posparto, y los embarazos no deseados pueden ser especialmente traumáticos. En este caso, las mujeres pueden recurrir a actos autolesivos e incluso suicidas, o ejercer la violencia contra los niños.
El embarazo en realidad afecta no solo la salud mental sino también la física. Tener un hijo es una carga grave para el cuerpo: muchas mujeres se quejan de dientes rotos, cabello caído, problemas con las heces.
Si una mujer ha sido objeto de sabotaje anticonceptivo o violación, a menudo se ve obligada a optar por un ab**to. Aunque el ab**to se está volviendo más seguro con el desarrollo de la medicina, todavía existe el riesgo de que el sistema reproductivo de la mujer sufra posteriormente, y las alteraciones hormonales pueden afectar negativamente al sistema endocrino.
Así, la violencia reproductiva tiene consecuencias nefastas para la salud física y mental de la mujer, y para el bienestar del niño.
¿Dónde están los límites personales?
“¿Cuándo vas a tener hijos?”, “¿Cuándo queréis tener el segundo?”, “Queremos nietos”, “¿Quién te va a cuidar en la vejez?” Muchas mujeres han escuchado estas y muchas otras frases de los familiares, amigos y conocidos. No son una manifestación del cariño y preocupación, sino de curiosidad, intentos de control o de un deseo de satisfacer sus propias necesidades.
Cualquier intervención no solicitada en materia de maternidad carece de tacto, ya que viola los límites personales: el feto está literalmente dentro de los límites del cuerpo de la mujer. Hablando sobre el tema, podemos tocar un punto sensible y lastimar a la mujer. Quizás quiere ser madre, pero sufre problemas con el sistema reproductivo. Tal vez haya experimentado violencia u otra situación traumática.
O tal vez ella simplemente tiene otros planes para su vida. Solo las personas mismas disponen de su cuerpo y de sus funciones. La vida personal y sexual no son asunto de los demás. Todos tenemos derecho a la intimidad, y cada persona decide por sí misma si tener hijos o no.
¿Alguna vez has escuchado frases tan carentes de tacto? ¿Cómo reaccionas ante ellos?
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