ESTRAMBÓTiCO

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26/04/2023


⁸真像杨柳般哀怨啊 ✺ 你只身背孤寂走来 透明泪滴盛着苍茫大海 黎明向我走来
NATALIA: ELLA NACIÓ POR UN VEINTE Y CINCO DE ABRIL DEL AÑO 2001.


Posicionamiento traslúcido marcaba a la espontánea refracción de un vidrio, indecente y manchado al ser azotado por el v***r en su inspiración seguida de eventuales espiraciones sosegadas de diafragma abierto, ella viéndose en cristal frágil y deteriorado, trizado al tumultuoso deambular de la glacial brisa emitiendo el sonido de desconsolado suplicio al temblar. Habitaba el cuarto de verdes aguas, allí la Natalia atisbaba la sucesión de eventualidades en el lapso de cada uno de sus cumpleaños año tras año, a totalidad de los veinte y cinco de Abril, inaugurando vívido mal augurio desde el dos mil uno y continuaba hoy.

Cada residente de la céntrica morada azul relucía esplendor y glorias al atardecer, próximos a los preparativos de celebración en la vehemente inquietud de tragonear el pastel de mocaccino decentemente equilibrado a sensatez ecuánime de mil hojas y de manjar empalagoso, codiciosos por una sinfonía de cantares jubilosos y la mitigación de las velas rosadas a par, erigiendo el número veinte y dos. Sin embargo, para la muchachita con altos pómulos rosaditos cual querubín la festividad conquistaba el dulce y agraz, en lo trágico y en lo cómico de prorrogar la muerte, alargándole el ciclo vital involuntario con aspiraciones de cese.

Nati, agonizante con la desdicha picarona punzándole la lengua y desmenuzándole en migraña, con infortunio el veinte y cinco iba a ensimismándola de nubarradas y de álgidas turbulencias. Así compadecía la propia fecha de su venida al cosmos afamado, ligada a la latente expectación foránea de sentir efímero, en el ¿qué dirá? O tal vez, ¿Cómo se siente? Con los diversos incidentes de una moribunda celebración donde los sanos recuerdos no coexisten ni conservan bonanza, hoy cumplió veinte y dos, no obstante la vulnerable anatomía le imploraba reclinarse en edredones acogedores y dormitar a lejanías de la material realidad, quizás aguardando por una fraudulenta emoción repentina a ensoñación, una que jamás arriba. No gozaba de dicción ni retorcijones de húmedo músculo al paladar, sólo agradecimientos fluctuando cual remezón de oleajes empecinados contra las rocas con ferocidad; por decencia humana.

25/04/2023


⁸真像杨柳般哀怨啊 ✺ 你只身背孤寂走来 透明泪滴盛着苍茫大海 黎明向我走来
JUAN PABLO: APROXIMADAMENTE POR LOS DIECISIETE DE LA NATALIA.


— Natalia, estás mu**ta para mí. Después de esto no eres mi hija, no existes. Lo sabes, ¿verdad? Olvida que tienes padre, me inquieta que seas así, yo jamás te inculqué eso durante tu crianza. Ni a ti, ni a tu hermano. — Otorgó en álgido diálogo el progenitor de la muchachita, con similitud tajante y autoritaria en los ínfimos, además de glaciales, vistazos que instauraba hacia la dirección de ella, quien yacía de pie frente a la estufa vetusta y de cristal desaseado.

Aturdida a lo necio de aquel trágico escenario, en compañía de un par de extremidades atolondradas y temblorosas que retumbaban a interioridad de su carne las náuseas le invadieron, asimismo el corazón bombeaba incertidumbre vital en la mujer de hebras breves y una que otra pinceladas de color índigo perpetuadas en la circunferencia negruzca. Inclusive ante el meneo desosegado en la sinceridad del ser y del estar en lo habitual de ese precipitado espacio y tiempo, la totalidad anatómica en la Nati se congelaba, como también sus pétalos regordetes y rosados no conseguían formulación de respuesta alguna. Vocablos vacíos entre la sala de estar y el comedor de la vivienda azul, era casi un monólogo a vociferaciones de Juan Pablo.

El transcurso longevo de la vida no extravía, con lozanía en el dolor entre flashbacks siempre se cuestionaba incrédula y hasta el día de hoy lo hace: ¿Por qué los adultos suelen ser en demasía hirientes sólo por los ideales y por el vivir de otros humanos fuera de los límites en sus convicciones? ¿Un padre realmente es capaz de dañar a quién es parte de él tan sólo por diferir en su orientación sexual a tal extremo de lacerar su alma? ¿Me fallé y le fallé al expresar mi sentir? O tal vez, ¿mi coraje fue insuficiente? Uno de los adultos cual autor inconsecuente de la realidad en que avanzó por el mundo sin su consentimiento, le hacía detestar quién era y aborrecer la vida, suya. Mas, asegurándose de no causar más dolor a su ser ni posibilidades de recibir monstruosa sentencia, con el único escudo que consiguió delinear defensa, tangible fue; el silencio.

20/03/2023


⁸真像杨柳般哀怨啊 ✺ 你只身背孤寂走来 透明泪滴盛着苍茫大海 黎明向我走来
FRANCISCO: AL MEJOR AMIGO DE LA NATI LE DECÍAN DRAKE, MAMÁ ESCUCHÓ.


— Nati, ayer desarrollaron un evento aquí cerca en la ciudad, ¿verdad? Parece que algo de regreso a la escuela, Back to School aparecía en Facebook como nombre, ¿por qué no asististe? — Cuestionó la mujer con atisbos de indagación por curiosidad y por capricho en una tonalidad vocal a toquecitos agudos, poco sutil en medio de la cena compartida por ambas. La interrogó, luego de alzar un par de luceros marrones, en cuestión de las milésimas de segundos posteriores al veloz y al feroz vistazo que otorgó al móvil acogido en medio de la fragilidad de ínfimas falanges, las que parecían mínimas como la nariz de ésta en forma de un cubo de azúcar.

— ¿Debería? No lo sé, de forma honesta no tenía motivación ni para salir de mi habitación. ¿A qué podría haber ido, mamá? No alisté nada para un espectáculo de danza esta vez, tampoco hablo con demasiadas personas sólo la Lía y el Jano e iban a estar inmersos en sus presentaciones, y bueno con el Drake ya no somos mejores amigos. Me sentiría sola ahí. — Musitó Natalia, ofrendando sonoros golpeteos con las yemas de los dígitos de las extremidades superiores, casi como una expresión hueca contra la cerámica en una taza lo que creyó similar a la interioridad que fingía apacible, aquella tarde-noche el ir y el venir ondeante del café con leche recién preparado le temperó a consuelo de días enferma.

— ¿Cómo que ustedes dos ya no son mejores amigos? ¿Desde cuándo y por qué no me comentaste? Si él hasta venía a la casa, conocía a tu padre y eran bien unidos, ustedes salían a multiplicidad de lugares juntos y hasta se celebraban los cumpleaños, sin falta, salías de casa si el Drake lo pedía. — Las preguntas proseguían bombardeándola poco sensibleras, desde los pétalos de Wendoline, ese par que por magia impresionista expresaba en una velocidad activa el discurso, sin embargo todo así esclarecía como es debido.

Natalia comprendió el estado pasmado de la mujer que le dio vida y a sinceridad con los dos progenitores no solían indagar en las vidas o las relaciones interpersonales de los otros, limitándose a los sucesos de exclusiva relevancia a juicio de cada quién, no obstante, tal suceso en particular a la muchachita le seguía martirizando cual espina perforándole la carne que sigilosa se protegía de no emerger por aguas turbias, turbulentas. Era, sin vacilación en el consciente y en el inconsciente de la de veinte y uno, una herida de tajo abierto, purulenta, necrosada invadiéndole el alma.

— Un montón de meses o no tantos tal vez, desde que estuve hospitalizada la última ocasión todo empezó, en Julio. Varios días pasaron y ya era la segunda del año, ¿recuerdas? Nunca hablamos ahí, por más que yo le escribía y al obtener el alta le dije que me hizo falta como pilar, porque personas que nunca imaginé se acercaron y se preocuparon, fueron compañía de cierta manera. Me sugirió que habláramos en persona, mas cuando nos vimos me ignoró tras saludarme, así que dejé de buscarle cuando insistí por una semana en solucionar lo que aún no entiendo. — Luchó la Nati, por brindar la situación y el escenario global a manera sensata, inclusive si no era capaz de detallar en demasía ante el hilo de voz que comenzó a tiritar, al flujo o más bien al reflujo del discurso en lamentos hasta quebrarse, llevándola a extinguir la mirada en cualquier sitio a lejanías, del techo o de la pared, pero evadiendo a su madre quien yacía perpetuada como fiel espectadora y a simpleza se cubrió el rostro pidiendo perdón porque sentía tristeza como un golpe inesperado y que te paraliza.

La mayor de las dos mujeres le oía en silencio y en sosiego reservado, sin una retroalimentación o un consejo prudente, tal vez no sabía qué comentar o no estimaba algún feedback para otorgarle a su hija y la menor levantó la taza con el contenido de bebida caliente. Bebió-bebió impaciente la suma más cuantiosa que su sistema permitió, en el ideario de ahogar la amargura invadiéndola. Ahí Natalia vislumbró el panorama ante ella, quién realmente era y cuánto le dolía algo que asimilaba en superación hacia quien relucía en el pasado de la vida infortunada como un compañero del día a día, el parásito de la nostalgia y el sufrimiento lúgubre dictaminaba sentencia; ella no era de hierro como aparentaba a su alrededor y menos si trataba de una pérdida emocional de ese calibre.

09/03/2023


⁸蜂蜜狂潮 ✺ FRENESÍ DE MIEL.


Ciñendo talles recíproco el frenesí concomita en sogas de miel,
bailoteos acuosos zigzaguean impetuosos y cautivos a hogueras piel a piel,
consintiendo veneración a la deidad simbolizada en la sangre y en la carne,
al amorío de docilidad que revolotea en vientre cual mariposa impune.

Vanguardia y gracia sublime concibe un manto a la acción de bálsamo y queroseno,
ella, edredón de gemas áureas que le cobija y le hospeda en prodigio ameno,
de macizas filosofías tarareando va en quejidos el verbo divino,
por ondulación jadeante de la sed vívida al habitar un desértico médano.

Rebelión mayestática renueva a la manufactura de querencia en génesis,
en ciclones y en ráfagas, circuitos cimentan mapa hacia el oasis,
donde la subsistencia de alegórica melosidad brinda a la muerte némesis,
jadeos ahí incineran entrañas enfervorizando exaltación y metamorfosis.

Glorificantes son los atisbos de dos amantes entre la profecía de mutua erótica,
al verde repertorio finiquitando conclusiones póstumas a la indagación exótica.
Oh, mon amour, colonizadora opulenta doblega a su poderío la mística;
cincelando alma bombeante y vertiginosa al rubí de azucarada metafórica.

06/03/2023


⁸真像杨柳般哀怨啊 ✺ 你只身背孤寂走来 透明泪滴盛着苍茫大海 黎明向我走来
IGNACIO: DESAHUCIADO ERA EL LLANTO AJENO CAMUFLADO DE LA FAMILIA.


— Nati, no coexisto en la perseverancia usual, me afianzo a sucumbir en el trance de un deceso que yacía indescifrable. Verdaderamente he tanteado la integridad de modernas orientaciones con devoción, proyectado por y para nuestros padres, sin embargo me marchito día a día. Aparentan ser invariables en el desencanto sobre quién soy, aunque peor es el desatender cómo contentar sus ambiciones de mí y decepcionarles. — Departió Ignacio, el hermano menor a ruta de dicciones precipitadas en gamas vocales frágiles, las que aventuró en manifiesto desolador y amargo para la muchacha posada en la superficie blanda de un camastro vetusto junto a éste. Ella, espectadora habitual y oyente activa en disturbios de nueva rebelión en un santiamén acarició las extremidades superiores de él, atendiendo al compromiso que acarrearon tales frases, que asemejadas a las espinas recelosas le horadaban la carne, guiándola al delirio de remembranzas lóbregas, entre lo satírico y lo afilado de una aflicción tenaz.

Natalia, la mayor de los tres hijos del embustero hogar azul nacidos a cuentas de los años 2.001, 2.006 y 2.018, no contrapuso las inquietudes del pequeño en su diálogo, ni tampoco ella convergía pronta a lejanías en las que la desnaturalización emocional aconteció, puesto que los bosquejos de una familia inconexa esclarecían en agudeza rotunda a las trizas del pasado, cuando afloró la retentiva de su consciente e inconsciente. Lo contempló en examinación exhaustiva, indagando qué acaecía en el interior del Nacho y era arduo, jamás gozaron de exorbitante proximidad e interacciones hasta el veinte y uno de Enero cuando permanecían juntos en la casa de sus abuelos maternos por las vacaciones de verano. Esa noche y esa madrugada, la jovencita se emborrachó al punto de exteriorizar en sollozos lo que nunca consiguió liberar sobria, abrazándolo en lágrimas para vocalizar que le amaba, rogándole perdón por no conseguir obsequiarle protección apropiada, como hoy lo hacía con la Isidora, la de cuatro años.

— No apremies a las ruinas, no mereces fallecer, ¿lo sabes? Eres un niño que atesora vitalidad y abundancia de aventuras, con las metas que me narraste hace algún tiempo atrás. Por favor, no temas decepcionarles, no te competen los sobresaltos ni el resquemor. Lo sé, es lamentablemente, no obstante nuestras plegarias no serán detonante hacia el evolucionar en ciertos raciocinios a la edad que tienen ellos. Inclusive de ese modo aquí me tienes contigo y somos dos hermanas en esta casa que te adoramos, para lo que decidas aquí estaré. Sumérgete en la búsqueda, encuentra lo que te brinde felicidad, complaciéndote a ti. Cumplir expectativas foráneas puede perderte y créeme, vales demasiado. — Replicó abatida desarticulando y retornando ambos luceros marrones a él, obstaculizando en maniobra los lloriqueos desconsolados. Perduró con risitas extintas en la agonía, eran dos minúsculas polillas revoloteando, aturdidos, ofuscados por la ficticia luz en la habitación de huéspedes que poseía su bisabuela en la zona principal y delantera de la morada.

La mayor se desbarataba en el silencio, a posteridad de un tambaleo en el dialogar con vocablos que relucían como pensativos a la impaciencia del sentir que arrinconó su alma, la congoja y la angustia amenazaron con el ahogar de ésta paralizándole la respiración. La chica de anteojos inició sin apetecerle a expresar el tiritar en sus manos, conectando a los ojos cristalizados de la persona a la que le brindaba compañía, con prontitud de lágrimas empapándole lo alto en los pómulos. En obra inevitable se tornó el abalanzarse a éste y lo aferró en un abrazo, procurándole serenidad, prometiéndole estar ahí porque no permitiría que se colisionara en contra del daño que ella sintió y que se propinó en cuantiosas oportunidades para desterrarse la tortura. Él se calmó, luego de extensos minutos, y Natalia decidió dejarlo en un espacio de intimidad para que regulara y procesara el río caudaloso en su piel, moribunda ella le esperó fuera del cuarto y cuando Ignacio abandonó el sitio, colapsó, cual cristal que recibe sin defensas el aterrizaje de un ma****lo cruel. Colapsó; aletargada.

8:88 wasn’t with me back then but they right here now 날 찾아오는 악몽에
02/03/2023

8:88 wasn’t with me back then but they right here now 날 찾아오는 악몽에

26/02/2023


⁸真像杨柳般哀怨啊 ✺ 你只身背孤寂走来 透明泪滴盛着苍茫大海 黎明向我走来
INCENDIO: EN LA MADRUGADA DEL 24 DE FEBRERO DURANTE EL AÑO 2023.


— Parece que se está incendiando la casa de los vecinos. — Prorrumpió Juan Pablo, el menor en la pareja de esposos que residían el hogar azul de número no visible, debido a que las piezas doradas se habían caído con anterioridad. La tonalidad vocal del hombre se exhibía alarmada y esta se establecía originaria en la segunda planta que resguardaba las habitaciones de cada miembro en la familia, y a prontitud inopinada se tornaron audibles las pisadas del padre de cuarenta y tres años, en el piso de madera pretérita, algo desastrosas a consecuencia de la siesta prolongada que éste tomó luego de su jornada laboral.

Ella aún recuerda la exteriorización de las emociones despedazando en el rostro de la mujer que la custodió protectora y valiente en su vientre por nueve meses como primera hija, Wendoline apreció a la jovencita con una mezcolanza agitada de inquietud y de angustia, yacía tatuada acoplándose a continuación con un hilito de voz rozando el pánico engendrado a su alza del sofá, ese que Natalia no distingue si es marrón o negro, derechamente. La de cuarenta y siete años se abalanzó enseguida a la ventana, examinando si el panorama descrito era verídico o no, de fondo ambas oían a Fabrizio Copano en la penúltima noche del festival en Viña transmitido por la televisión nacional, comediante que hacía reír a la mayor de los hermanos antes de la noticia y la madre la recriminaba, porque si se mantenía de bulliciosa en carcajadas nada sutiles despertaría a la Isidora, la pequeña de cuatro años.

— No me estés gastando bromas, por favor, Pablo. — Formuló en respuesta la mayor del matrimonio, atemorizada por el suceso repentino tras tropezar con los vestigios indolentes del fuego, apático atravesando el desliz de la ventisca al firmamento nocturno sobre el hogar. En réplica bajo la habitación de la pareja se dilucidaba a Juan desplazándose más ágil, vistiéndose para descender en auxilio de la catástrofe vecinal, aunque sólo contaran con la manguera verde de varios metros de extensión en el patio trasero y ligeramente destartalado de la casa, que siempre colindó muy próxima a la de los vecinos.

Abatida internamente e imposibilitada de emitir palabra alguna, Natalia precipitada galopó unida al desastre de dos piernas torpemente temblorosas, resbalándose por tramos reducidos con las pantuflas grises que de calzar acostumbraba durante las vacaciones y abrió la puerta que daba en dirección a la calle. Contempló como las vecinas vociferaban atormentadas por el infortunio y ésta advertía el polchén precipitándose en su ubicación, arduo era amparar la paz o el apaciguar ese cataclismo en las poblaciones, mas les extendió aviso de que ayudarían empapando los techos enseguida. Al retornar hacia el patio trasero Juan yacía en el techo con latas resonando bajo los zapatos y con la manguera latiendo al máximo de presión de agua, su hija ascendió la escalera que el Ignacio su hermano armó temeroso y ahí se reveló la inmensidad aniquilante de las cenizas y del humo en accionar feroz e intrépido, a la partida del incidente entre dos cuadras por Colo Colo y uno de los pasajes con nombre de volcán.

— Papá, es la misma casa que se incendió a fin de año, ¿o no? ¿Todavía vivía gente ahí? Si casi se había perdido todo el lugar. — Interrogó acobardada la de veinte y uno, distinguiendo a breve distancia las llamaradas iracundas de carmín indolente adicionando la ayuda de sus anteojos por la miopía. El fuego oscilaba, fingiendo extinguirse a la asistencia de los vecinos para ipso facto resurgir, en la exasperación de los alaridos y en los impactos súbitos del agua colisionando como aguacero impetuoso de las personas humedeciendo los techos. Ella en tal escenario se resistió a colapsar, mordiendo vehemente su cerezo inferior entre los dos piercings.

— Parece que sí, debió ser quien vivía ahí y estaba en la pasta, quizás le prendió fuego como la vez anterior. Que terrible esto, ojalá no le pase nada a la casa del Coipo. — El apodo de la amistad que el padre nombró con pesadumbre genuina se le hacía conocido a Natalia, el mayor habitó gran parte de su juventud por el sector, así es como reconocía a otros en las cuadras. Retumbó la denominación para ésta, como si le conociera de pequeña y era probable.

Dando bienvenida a la madrugada de forma ingrata nada conseguía frenar las llamas y el socorro de los bomberos arribó, apresurados con las sirenas ensordecedoras que estremecían la anatomía de la muchachita y la de hebras oscuras encogió los hombros a lo usual de los sonidos estridentes en lo imprevisto. Eran dos carros y se les sumaba en cuestión de segundos la ambulancia a la posibilidad de heridos. El polchén no cesaba y un pedazo de ceniza delgada le cayó a la Nati en la camiseta empapada sobre el aro en su ombligo, seguían descendiendo, ahora a la malla de tela en el patio.

— Nacho, ¿me puedes ayudar a desatar esto? — Cuestionó casi y como dictaminación en la ansiedad calándole el alma, ella ambicionaba arrebatar la malla antes de que encendiera, aunque su estatura no era idónea, por lo que introdujo las plantas de su padre al comedor primero y su hermano soltó lo pedido sin presagiar que se lastimaría la mano con latas. Carente de meditación la mayor de los hermanos saltó nerviosa de la escalera y encaminó a Ignacio al baño realizándole curaciones, como había aprendido en la universidad. En agradecimiento recibió un abrazo incómodo, no eran muy demostrativos en la familia y acto seguido ascendieron la escalera juntos, uno de cada lado.

Ardía el cielo y el humo les apretaba el pecho, los árboles se acoplaban al fuego hasta que con el avance de los minutos y la ayuda de los bomberos cesó el malpasar del incendio. Cerraron las llaves, dolían los luceros de cada uno y en compañía de Juan Pablo e Ignacio, la Natalia fue a visitar al Coipo. Si lo conocía, nada malo le había pasado gracias a Dios según su papá, y ella agradecía internamente que ni su hermanita, ni su bisabuela despertaron impacientes; como permanecía silenciosa la madre a la que contuvo a ratitos con caricias en la espalda.

23/02/2023


⁸情慾 ✺ LUJURIA.


Zambullida a la atmósfera etérea de un aposento opulento residía, en una alcoba abastecida a lo refinado de hospitalarios muros pigmentados por composiciones a delineación de brochazos azulinos y lechosos. Vistazos enredados aquí y allá nutrían mi anatomía, bombardeada por la conmoción, mordisqueaba mis pétalos en arrebol advirtiendo relámpagos de fulgor vívido zurrando cada célula. Yacía al frontispicio de un vetusto librero, en heterogeneidad de gamas e iridiscencia, a un lado del futón ornamentado con revestimientos rubí, acompañada a la menuda luminiscencia emitida desde una lamparilla crema.

El tocadiscos vociferaba mis inherentes vocablos en cánticos de los 50’s, temporalidad en que fui proclamada bajo las cámaras y los inescrupulosos flashes como la dama de los almanaques eróticos, a la majadería forastera de la humanidad, por la insignificancia de mi naturaleza en secuencias de curvas y de elipses que lo caótico del océano en abismo abusaba en resentimiento. Quizás mi destino padeció ante un oleaje kármico no solicitado, debido a las inmundas y las lúgubres tendencias perpetuadas, divulgadas al populismo de hombres escudriñando la edificación artificial de una primicia, pensaba. Mujer, de melena dorada desatendida por mi amada progenitora, de cejas pobladas otorgando bienvenida a dos luceros aqua marinos. Mujer, de tez clara al decoro y se*******ad de un lunar, acercándose a cerezos gruesos y carmines.

No obstante, en el refugio de enigma para tres, un par de varones con angelical corpulencia y hebras azabaches exhibían su desnudez, romantizando sublimes ideales remotos a los arquetipos que atestaban Hollywood y que por lagunas en penurias de amoríos admití. Asimismo, derivaba en lo indubitable el raciocinio de la humanidad y de cada constitución como digna de fascinación, de admiración y de deseo, adiestrándolas desprovistas de pudor, emancipando esa herida supurante que dogmatizaron.

Uno de los jovencitos me contemplaba incitándome a morder el anzuelo y en milésimas de segundos esculpía mi cintura enfermiza de su toque a brío monumental, erradicando el desafecto a través de la distancia en búsqueda de asentarme frente al espejo de su alcoba. Él, serpenteaba en descenso la cremallera imperceptible a la elegancia en mi vestido negruzco de sumatoria cuantiosa en dólares, a la sinfonía de mi alma radiando coordinada revelación. Lunares no aventurados eran amenizados, relieves inexplorados y expeditos deleitados a mi consentimiento. La seda y ambos tirantes sutiles eran desplomados manifestando paulatinamente mi reflejo patente, franco, cual obra pulcra en desnudismo.

Intrigada a la fogosa excitación inconmensurable concedía albedrío para hacer y para deshacer, tal vez eran los cuchicheos coquetos amparándonos o las miradas entrecruzadas clamando acrecentar la lujuria en voluptuosa obscenidad que nos apresaba, en esclavitud por las muñecas. Mi silueta perfilaba clavículas y abombaba mis senos reclamando ser palpados, advertidos en éxtasis penetrante. Él, me invitaba a proseguir escoltándome al disparo de mi libido que aparentaba reverberación en ellos, iba narrándome historias de Chaplin, su padre, y al paradero desconocido del mío fui conmovida, anhelado perturbarles la remembranza en arañazos de piel, viviéndonos sin más.

Rebusqué pétalos cálidos, escapándose una de mis lágrimas, previo a autorizar el acrecentamiento de olas tras olas en lo cinético, hasta transfigurar aplausos de oyentes nulos en magia erótica. Mi diestra se orientó voluptuosa en capricho a la nuca de mi compañero, del círculo de luz, y al instante mis dígitos se enredaban a travesuras jalándolo. Una de las palmas impropias surcaba la erección de mis pezones oscuros con el afán de rodear mi cuello a prontitud, exigiendo de mi lengua bulliciosa e inquieta en su interior, excarcelando risotadas en complicidad. Mi anatomía en lascivia danzaba, a la sumatoria del próximo sujeto que en éxtasis era adicionado a la coordinación, que ascendía el itinerario a un clímax codiciado, turnándose a unir nuestros labios como si la incompetente vida suntuosa dependiera de ello.

Nos consumimos cual poción con las miradas nublabas y el sudor de las embestidas decorando nuestras pieles, en sonrisas eufóricas escapando al disgregarnos del espacio y del tiempo. Placer de toqueteos, deleite de tenerles robustos dentro, siguiendo a la afectuosidad cándida de sus musculaturas envolviéndome. Bochorno a mis gritos demandando más, había aguardado por ello, había ambicionado bucear en un delirio similar, puesto que Norma Jeane apetecía saciarse tomada en jadeos no fingidos, bajo la humedad de las cataratas permutando posturas y ser flagelada al torrente de emociones que la lozana naturaleza en normatividad no controla, galopando y golpeando su interior como el mar contra las rocas. Consagrar tal lujuria era perdición eterna; mortal a sus ápices de cordura y al remarcar calendarios le costaría un nuevo titular. HUSH HUSH: MONROE TANGLED IN TH*****ME.

22/02/2023


⁸处 于 不 定 状 态 ✺ LIMBO.


Pusilánimes reptan las adulaciones y pérfidas franquean las cortesías, en transgresión del efímero humanitarismo, erigiendo calumnias que resquebrajan la integridad de benevolencias cándidas. Caminando van, juzgando maquiavélicos con crucifijos en dije el destino a posteridad de fatalidades, de causa y de anonimato, esas azarosas en sadismo de su omnipotente divinidad gozando literaria pasión y redención. Un salvador al que dan devoción, ¿dilucidaría lo incorrecto en las prejuiciosas sentencias que aún algunos decretan?

Erradicado de las normas me han extirpado la sed del cosmos etéreo en su jactancia, adulterado. Con hipótesis de escrutinio no verídico promulgan a individuos como almas putrefactas, descarriadas a la senda de Dios. Si el porvenir supone afianzar tales convicciones, opto por sucumbir a los abismos infernales, esos con los que nos amedrentan día a día, gravitando en cretina indolencia que designan religión. De ser como proclaman me incineraré y me brindaré autónomo bautismo, evadiendo la supremacía pútrida suscitada por ustedes al limbo.

No es relevante ser del cielo ni ser del in****no, hoy decreto pasmarme en la glacial incertidumbre, donde las cicatrices emiten vestigios valiosos sin tribunal que lacere en alabanzas empedernidas y donde el veredicto a consumar mi alma sea nihilismo en re-conciliación, adicionando armonía a los decesos que han colerizado, que han abatido. Iglesia figurada, tus cánticos perturban mis entrañas y es que tus golpeteos en el pecho no suscitan lamentos idóneos, infringen delirios. Iglesia, te tiñes petulante en la injuriosa soberbia al consumir la materialización de su cuerpo y de su sangre, porque sigues dañando con blasfemias a los que calumnias de peculiares.

— ¿Y si la mortificación predilecta a ti es ser desterrado del paraíso sin derecho a represalias? Nunca atisbarlo, no coexistir en lo tangible y áureo, remoto a un eterno descansar. — He prestado oídos a un sinfín de monólogos y de dialogares impíos, en variados acontecimientos, ahítos de una docencia en adoctrinamiento voraz, inconmovibles a lo sublime de actuales utopías.

— Castíguenme, en lo pretérito ya me han hostigado infinidad de condenas. Sin embargo, no olvides que la filantrópica caridad que manifiestas debe ser hijo naciente a flor de piel, no motivación recelosa al cielo incorpóreo. — Atiendo desprovisto de titubeos, remoto a la turbación, restituyéndome consuelo, sin desmoronarme en la seducción de foráneos imaginarios del edén y del inframundo.

19/02/2023


⁸你的出现 打乱我世界的秩序 ✺ 想和你一起 肩并肩手牵手 去外面的世界 走一走
SEIJI AMAZAWA: CARTA PARA SHIZUKU TSUKISHIMA DESDE CREMONA, ITALIA.


Al alero de la azotea de nuestra escuela eludíamos las aguas llovedizas, amparados por el céfiro en compañía de un desasosiego mimoso, ahí descifro en esclarecimiento toda reminiscencia de ambos. Tsukishima, ¿tú lo recuerdas? Durante la venida del mediodía la atmósfera se manifestaba apagando nuestra iridiscencia. Te revelé que en posteridad a las consumidas guerras en resistencia de mis antagónicos progenitores finalmente ellos sentenciaron consentir mi vívido apetito novelero, romántico y utópico, de ser semilla a sembrar cual novato, aprendiz de Luthier. No obstante, la condición yacía en que debía residir y trabajar en Italia.

Aún se alberga en mi corazón la lividez de tu rostro sentimental y cada ínfima revelación expresiva en este, con la elevación y los innumerables movimientos inconclusos de tus cejas juguetonas, emotivas. En aquella escena cada partícula de ti y de tu esencia vaciló, en lo que ilustraba ocaso al romance, a favor del retumbar en gravedad agonizante por las gotitas estampadas contra el irregular empedrado, en un boom-boom-boom colérico. Tu itinerario transitaba desde el desconcierto hasta el desconsuelo, para luego enardecer en estrambótica melancolía, por mi odisea a Cremona, ciudad antigua. Me recordaste el miedo en mis primerizas creaciones, tallando atemorizado en mi torpeza las piezas de madera en abeto, arce y ébano, el pavor a las gubias afiladas rebajando los exteriores del violín, o el método de pulido con diferentes cuchillas dando la concavidad apropiada.

No me embriagaba en demasía hacerme a la idea, pero era una conveniente oportunidad, ¿cierto? Debía partir en cuanto mi pasaporte estuviese sostenido por mis alargados dígitos y te prometí hacerlo lo mejor posible. Proseguí firme a ello, puesto que no anhelaba que algo en ti se fragmentara como ocurría en mi interior, donde percibía una sierra de cinta cruzarme, esas que permiten obtener la forma definitiva a todo violín, vivencia limándome más tarde hasta la carne y que pronto sostenía mis duales tapas con tornillos de presión. Mi brava contienda te obsequió una sonrisa que enamoraba en tus pétalos rosa acuarela, era similitud a la percepción tenue del desliz otorgado por los trapitos de hilo con vaselina y polvo de piedra pómez dándole el acabado final a nuevas obras, siguiéndole al barniz. Era tu dicha magnánima claridad, ante verme alcanzar mis aspiraciones y en tu encantamiento a la naturaleza la lluvia cesó, manteniéndonos expectantes, aguardando por un arcoíris.

Rememoro ese día, remece tatuado en mí, como el bosquejo de las efes en la tapa superior del instrumento que elaboré esta mañana, propiciando la partida y la vuelta del sonido. Rememoro ese día, remece en mí como decalcomanía al alma, ya que te confesé a timidez de un amante juvenil, junto a ligeros atisbos de coquetería que en pretéritas temporalidades descubrí tu nombre en las fichas de los libros de la biblioteca, sitio en donde tantas veces nuestros destinos cruzaron e inclusive me ubiqué en proximidad a ti. Entonces, ruborizado otorgué exhibición al coraje y en lo alto de mis pómulos se distinguieron ornamentos naturales a fórmula de colorete carmín, había leído a constancia soberana para que mi nombre apareciera previo al tuyo en los benditos registros.

Te preguntarás por qué escribo todo esto con una pluma en mano y con tersura delicada y sincera sobre el papel, ¿no? Tal vez nunca di cuerda a este tipo de expresión, sin embargo tú eres mi amor joven, mi amor bonito, mi Shizuku. Como te dije allá en Japón: En Italia, cantaré por ti, cantaré tu canción lo mejor que pueda. Y, ¿adivinaste? Lo he cumplido, quiero que sepas, es mi tradición al diario vivir. La memoria de tu voz cuando revivo en ella va calando intransigente, resuena a la profundidad estacional fluyendo, al igual que cada y que con mi violín se alza la sinfonía de las notas, por la ubicuidad devota que tienes en Take Me Home, Country Roads. Eres la barra armónica de la que fui artesano, esa que da fortaleza a las cuerdas siendo divinidad a las notas graves: Sol y Re. Y en complicidad también eres el alma que refuerza las notas agudas, dulzonas: La y Mi. Querida obra, dialogas, lloras y cantas . El tiempo vuela, cariño, los dos meses de espera se están agotando. He caminado fuera del torrazzo di Cremona, el museo del violino y la catedral popular, contigo muy dentro, muy intravenosa; y es ahí donde pienso en decirte a nuestro reencuentro: Voglio stare con te... Perché tu mi piaci. Mia adorata, vuoi sposarmi? Quando è possibile.

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