14/06/2023
Glaucoma: nace una nueva teoría sobre el origen de la enfermedad.
Diana Manrique Horta | Periodista Unimedios- Sede Bogotá
El glaucoma, sigiloso ladrón de la visión que afecta a cerca de 90 millones de personas en el mundo y alrededor de 1,2 millones en Colombia, es considerado como la principal causa de ceguera irreversible. Aunque existen medicamentos y cirugías disponibles para su tratamiento, es imposible recuperar la visión perdida. Además, se estima que en 2040 habrá 112 millones de casos en el planeta, debido al aumento progresivo en la esperanza de vida de la población.
El glaucoma, sigiloso ladrón de la visión que afecta a cerca de 90 millones de personas en el mundo y alrededor de 1,2 millones en Colombia, es considerado como la principal causa de ceguera irreversible en Colombia y el mundo. Así, aunque existen medicamentos y cirugías disponibles para su tratamiento, resulta imposible recuperar la visión perdida. Además, se estima que en 2040 habrá 112 millones de casos en todo el mundo, debido al aumento progresivo en la esperanza de vida de la población.
Dicha afección, que en fases iniciales cursa sin síntomas, se produce cuando el humor acuoso no es drenado de manera óptima, lo que provoca un incremento en la presión interna que daña el nervio óptico. El humor acuoso es un líquido incoloro que se encuentra en la zona anterior del ojo y que ayuda a nutrir las partes que no tienen vasos sanguíneos –como el cristalino y el iris– y a enfocar los rayos de luz, entre otras funciones.
La médica fisióloga Diana Marcela Muñoz Sarmiento, estudiante del Doctorado en Ingeniería Mecánica y Mecatrónica de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Bogotá, afirma que “el nervio óptico es una parte fundamental del sistema visual".
Es similar a un cable eléctrico compuesto por más de 1 millón de diminutos alambres o fibras nerviosas pequeñas conocidas como axones, los cuales estarían encargados de trasladar la información visual al cerebro.
Al elevarse la presión del ojo los axones mueren, lo que lleva a una pérdida de visión paulatina e irreversible que inicia con puntos ciegos, especialmente ubicados en la visión lateral, hasta la ceguera total. Por ello, aunque el tratamiento principal consiste en disminuir dicha presión dentro del ojo, en muchos pacientes esto no detiene el avance de la enfermedad, por lo cual hoy existe la necesidad de encontrar nuevos tratamientos potenciales.
Biomecánica de glaucoma.
“Como la enfermedad tiene un componente mecánico tan importante, mi planteamiento es que hay que comprenderla mejor desde esta área para saber qué intervención adicional se puede hacer, hallar una alternativa a bajar la presión intraocular en aquellos pacientes que a pesar de seguir un tratamiento su proceso de pérdida de visión no se detiene y progresa”, afirma la doctora Muñoz.
Para ello la investigadora ha venido realizando una serie de trabajos mediante simulación por computador con el apoyo de ingenieros del Grupo de Investigación en Biomecánica de la UNAL, dirigido por el profesor Carlos Julio Cortés, también tutor de su tesis doctoral.
“El estudio de las deformaciones en estructuras biológicas es esencial para entender las enfermedades. Esta información es difícil de obtener mediante técnicas experimentales debido a la imposibilidad de considerar la interacción de todos los tejidos circundantes, lo que puede alterar los resultados. Para superar este problema, se vienen utilizando los estudios mediante simulación computacional”, señala la doctora Muñoz.
Así, en colaboración con los ingenieros de la UNAL, ha desarrollado diferentes modelos computacionales tridimensionales y bidimensionales del ojo humano. Su trabajo se ha enfocado en dos pilares, el primero de los cuales consiste en desarrollar modelos computacionales más completos desde el punto de vista anatómico, en los que se incluyen la mayoría de los tejidos y regiones que conforman el ojo humano y el nervio óptico, con el objetivo de aproximarse a un contexto más real del funcionamiento de este órgano en condiciones in vivo.
“Cuando se hizo la revisión de literatura, entre ella diversos estudios realizados en el mundo, se evidenció que los modelos computacionales existentes no son anatómicamente completos por que no incluyen todos los tejidos, y esto implica un sesgo enorme en los resultados; por ejemplo, no han incluido las tres túnicas del globo ocular ni todas las meninges”.
“Biológicamente el ojo está compuesto por tres túnicas: fibrosa (córnea y esclerótica), vascular (iris, cuerpo ciliar y coroides) y nerviosa (retina), y se ubica dentro de la órbita y rodeado de grasa. Además el nervio óptico emerge de su polo posterior y está envuelto por tres capas llamadas meninges: piamadre, aracnoides y duramadre; entre la piamadre y la aracnoides hay un espacio, llamado espacio subaracnoideo”, explica.
Así, los modelos desarrollados por la investigadora evitan las simplificaciones al máximo e incluyen las estructuras básicas del ojo humano y del nervio óptico, entre ellas el espacio subaracnoideo, que nunca se había evaluado en otros modelos oculares.
El otro pilar ha sido analizar las deformaciones a las que está sometido el nervio óptico desde planos anatómicos, lo cual nunca se ha hecho, en parte debido a que no había un enfoque médico tan fuerte.
Esto ha llevado a encontrar que el espacio subaracnoideo –estructura encargada de disipar la energía mecánica y por tanto proteger los axones del nervio óptico– sería crucial en el desarrollo de esta enfermedad. Así, al analizar los modelos se ha evidenciado que es dicho espacio y no la esclera –o sea la capa exterior blanca de ojo–, como se ha señalado en otros estudios, el tejido más importante que podría estar influyendo en el origen del glaucoma
“El espacio subaracnoideo tiene una gran cantidad de proyecciones fibrosas –conocidas como trabéculas– que se extienden desde la aracnoides hasta la piamadre, y el espacio entre ambas contiene el líquido cefalorraquídeo, que juega un importante papel de amortiguación y además protege todo el cerebro y la médula espinal y también recubre el nervio óptico; por no haberlo incluido en anteriores modelos, nunca se había evidenciado su importancia como ahora lo estamos haciendo”, explica la experta.
Como un segundo aporte de su trabajo puso a prueba otra hipótesis que se ha venido planteando sobre el origen del glaucoma, y es que mover los ojos genera deformaciones muy altas en el nervio óptico, y que por lo tanto que esto provocaría la enfermedad. El modelo refuta dicha idea, ya que considera que se trata de movimientos transitorios que afectarían el ojo de una manera diferente a como lo hace la presión dentro de este.
Los anteriores hallazgos en ambas áreas han sido disruptivos y abrirían la posibilidad de desarrollar un nuevo tratamiento que pueda brindar una alternativa para detener la progresión de esta enfermedad.
Tomado de:
Periódico de la Universidad Nacional de Colombia - Por primera vez, la aplicación de modelos computacionales del ojo humano ha mostrado que el espacio subaracnoideo –ubicado entre la piamadre y la aracnoides del nervio óptico–, encargado de trasladar los mensajes visuales hacia el cerebro, es...