09/09/2025                                                                            
                                    
                                                                            
                                            En una laguna vivía una tortuga llamada "Pescuezo de tortuga" que tenía como amigos a dos gansos
salvajes. Entonces, vino una sequía de doce años que dio por resultado estas ideas a los gansos: "Esta
laguna se secará. Buscaremos otro pozo de agua. Con todo, debemos despedirnos de nuestra amiga,
pescuezo de tortuga".
Al hacer esto, la tortuga dijo:
-Soy habitante de estos lugares y siempre podría encontrar agua, pero vosotros no tendríais
suficiente, así es que yo comprendo vuestra partida. No obstante, tendría una vida aburrida. Por
consiguiente, debemos partir juntos.
- Somos incapaces de llevarte con nosotros pues eres una criatura sin alas.
- Pero, -siguió diciendo todavía la tortuga- hay un recurso posible. Traigan un palo de madera.
Los gansos hicieron esto, y la tortuga se sostuvo en el medio del palo con sus mandíbulas y dijo: -Ahora
téngalo firmemente con vuestros picos; cada uno de un lado levante vuelo y viaje regularmente por las
alturas, hasta descubrir otro lugar deseable en el que podamos vivir los tres.
Pero ellos replicaron:
Ir contra la evolución de las cosas, es ir contra uno mismo.
- Hay dos obstáculos en este lindo plan. Primeramente, tú no tienes necesidad de ir a otro lugar, cosa
que para nosotros es cuestión de vida o muerte. El palo y tu peso pondrán en peligro nuestro vuelo y por lo
tanto a ti misma. Además, si siguiendo tus costumbres te pusieras a charlar, perderías la vida.
-¡Oh! - dijo la tortuga - vosotros necesitáis agua y yo compañía estamos pues en la misma situación.
En cuanto a mi conversación, desde este momento hago voto de silencio; me quedaré así mientras estemos en
el aire.
Los amigos pusieron el plan en marcha, pero mientras llevaban trabajosamente a la tortuga por sobre una
ciudad vecina, el pueblo, abajo, notó aquello y se levantó un murmullo confuso cuando algunos preguntaron
"¿Qué es ese objeto semejante a un carro, que dos pájaros llevan por el espacio? Tal vez sea algún maharajá o
acaso otro ser poderoso".
La tortuga recordando las piedras que los niños arrojaban sobre ella en la laguna, quiso mostrar al
pueblo que ahora volaba y gritó entonces orgullosamente:
- ¡Soy yo, Pescuezo de tortuga!
Apenas habló, la pobre p