Ayahuasca - Yagé Tejedores de conciencia Colombia Psicoterapia Natural

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Ayahuasca - Yagé Tejedores de conciencia Colombia Psicoterapia Natural El que no vive para servir, no sirve para vivir. 🙏🥁🙏

La danza invisible de lo esencialHoy reconozco, sin prisa y sin ruido, que la vida no necesita adornos para ser milagro....
09/10/2025

La danza invisible de lo esencial

Hoy reconozco, sin prisa y sin ruido, que la vida no necesita adornos para ser milagro. Que cada gesto que damos por sentado —el aire que entra, el cuerpo que se mueve, el alimento que nutre, el techo que cobija— es una ceremonia silenciosa que merece reverencia.

Despertar no es solo abrir los ojos, es volver a elegir estar aquí. Caminar no es solo desplazarse, es recordar que tengo dirección. Comer no es solo saciar el hambre, es recibir la generosidad de la tierra. Tener un hogar no es solo tener paredes, es saber que hay un lugar donde mi alma puede descansar.

Sentir es un privilegio que me conecta con lo humano. Compartir es un acto de fe en el otro. Perdonar es liberar el corazón de sus cadenas. Aprender es rendirse ante lo que aún no sé. Soltar es confiar en que lo que se va también enseña. Confiar es abrir los brazos sin garantías. Sanar es permitir que el dolor se transforme en sabiduría.

Amar es el arte de ver con el alma. Crear es el impulso divino que me habita. Vivir es el verbo más sagrado que conozco.

No hay grandeza más profunda que la de quien agradece sin esperar, que honra lo simple como si fuera oro, que celebra lo cotidiano como si fuera eterno.

Hoy no pido más. Hoy me inclino ante lo que ya es. Hoy reconozco que estoy vivo, y eso basta.

Gracias por el misterio. Gracias por el camino. Gracias por el ahora.

Nelson Enrique Zamora
Psicoterapeuta Transpersonal

Escuela de sanación Inti en Ti - Madre Luna

09/10/2025
El despertar de la conciencia: elecciones que nacen de la claridadPor Nelson Enrique Zamora   Psicoterapeuta Transperson...
08/10/2025

El despertar de la conciencia: elecciones que nacen de la claridad

Por Nelson Enrique Zamora
Psicoterapeuta Transpersonal
Escuela de Sanación Inti en Ti – Madre Luna

El despertar de la conciencia no es una imposición ni una regla externa. Es un proceso íntimo en el que la persona, al observarse con mayor lucidez, elige distinto. Lo que antes parecía normal ahora se siente pesado; lo que antes entretenía ahora distrae; lo que antes llenaba ahora vacía. No es que “ya no pueda”, es que ya no quiere, porque su sensibilidad cambió y su ser vibra en otra frecuencia.

El despertar no dicta prohibiciones: abre elecciones. Y esas elecciones nacen de la autoobservación, de la coherencia y de la necesidad de vivir en mayor sintonía con la verdad interior.

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1. La relación con la información
Se elige con qué alimentar la mente. Los contenidos que promueven miedo o banalidad ya no resuenan.
- Ejemplo: alguien que antes veía noticieros cargados de violencia ahora prefiere lecturas o documentales que lo inspiren.

2. El fin de la competencia
La comparación pierde sentido. Se elige compartir y crecer juntos.
- Ejemplo: en lugar de envidiar el éxito de un colega, se alegra y aprende de él.

3. La vibración como elección
Cada emoción es una frecuencia. Se elige cultivar gratitud y paz.
- Ejemplo: cuando surge la ira, respira y observa, porque quedarse allí ya no le sirve.

4. La reconciliación con lo desconocido
El misterio deja de ser amenaza. Se elige mirarlo con curiosidad.
- Ejemplo: antes temía hablar de la muerte; ahora la contempla como parte natural de la vida.

5. La sombra como responsabilidad
Ya no se proyecta el mal afuera. Se elige reconocer la propia parte.
- Ejemplo: en lugar de culpar a “energías oscuras”, observa cómo sus decisiones generan consecuencias.

6. La paradoja de la soledad y la compañía
Se disfruta del silencio y de la compañía auténtica. Se elige calidad sobre cantidad.
- Ejemplo: ya no busca multitudes, sino encuentros profundos.

7. El llamado del propósito
Surge la certeza de que la vida tiene un sentido mayor.
- Ejemplo: alguien que trabajaba solo por dinero ahora busca proyectos con impacto positivo.

8. El éxito redefinido
El éxito ya no es acumular, sino expandirse interiormente.
- Ejemplo: antes soñaba con tener más que los demás; ahora siente que su mayor logro es vivir en paz.

9. La nostalgia luminosa
La nostalgia se convierte en confianza de reencuentro.
- Ejemplo: al recordar a un ser querido, sonríe con gratitud en lugar de hundirse en tristeza.

10. El servicio al alma del mundo
Surge el deseo de contribuir.
- Ejemplo: alguien que antes pensaba solo en sí mismo ahora busca maneras de ayudar, desde gestos simples hasta proyectos colectivos.

11. La pareja como espejo
La relación deja de ser refugio para huir de la soledad y se convierte en espacio de crecimiento.
- Ejemplo: ya no se tolera la infidelidad o el maltrato; se elige la dignidad antes que la costumbre.

12. El consumo responsable
El consumo deja de ser automático. Se elige lo que nutre y respeta.
- Ejemplo: antes compraba por impulso; ahora busca lo esencial y lo coherente.

13. El cuerpo como templo
El cuerpo se reconoce como aliado sagrado.
- Ejemplo: antes comía sin pensar; ahora escucha lo que le da energía y lo que lo intoxica.

14. La palabra como creación
Cada palabra construye realidades. Se elige hablar con verdad y cuidado.
- Ejemplo: antes criticaba por hábito; ahora busca palabras que inspiren y unan.

15. La relación con el tiempo
El tiempo deja de ser enemigo. Se elige vivir en el presente.
- Ejemplo: antes corría todo el día; ahora se permite pausas de silencio y gratitud.

16. La sexualidad consciente
La sexualidad deja de ser descarga o conquista y se convierte en un acto sagrado de encuentro. Se elige intimidad con presencia, respeto y energía creadora.
- Ejemplo: antes buscaba s**o para llenar vacíos; ahora lo vive como un lenguaje de unión y expansión.

17. La relación con la naturaleza
Se reconoce a la tierra como maestra y hogar. Se elige cuidarla y honrarla.
- Ejemplo: antes tiraba basura sin pensar; ahora siente dolor al dañar lo que lo sostiene.

18. La sensibilidad expandida
Se despierta una mayor capacidad de asombro y conexión.
- Ejemplo: un amanecer, una canción o un gesto simple lo conmueven profundamente.

19. La coherencia como brújula
Ya no se tolera vivir dividido entre lo que se piensa, se siente y se hace. Se elige alinear todo en una misma dirección.
- Ejemplo: antes decía “sí” para agradar; ahora dice “no” cuando es necesario, sin culpa.

20. La autoobservación constante
El despertar no es un estado fijo, es un proceso. Se elige mirarse con honestidad, reconocer sombras y transformarlas.
- Ejemplo: en lugar de culpar siempre al otro, se pregunta: “¿Qué parte de mí está creando esto?”.

✨ En síntesis

El despertar de la conciencia no dice: “ya no puedes”. Dice: “ya no quieres, porque has elegido otra manera de vivir”.

Es un proceso de libertad interior, donde cada elección nace de la claridad y no de la imposición.
- Quien ya lo vive se reconoce en estas señales.
- Quien está en el umbral siente el llamado.
- Quien aún no ha comenzado percibe que vale la pena abrirse a esta posibilidad: vivir más despierto, más auténtico, más en paz.

El despertar no es huir del mundo, sino habitarlo con más lucidez. No es negar la sombra, sino aprender a mirarla sin miedo. No es buscar un cielo lejano, sino sembrar aquí, en la tierra, una vida con sentido, dignidad y amor.

Y aunque aquí se han descrito 20 aspectos principales, es importante recordar que hay muchos más. Cada persona, en su propio proceso, descubre matices, aprendizajes y elecciones únicas que enriquecen su camino. El despertar es infinito, porque la conciencia siempre puede expandirse un poco más.

El territorio de la pareja: espejo de la infancia y posibilidad de transformaciónPor Nelson Enrique Zamora  Psicoterapeu...
07/10/2025

El territorio de la pareja: espejo de la infancia y posibilidad de transformación

Por Nelson Enrique Zamora
Psicoterapeuta Transpersonal
Escuela de sanación Inti en Ti - Madre Luna.

La pareja no es solo la unión de dos adultos que deciden caminar juntos. Es también el lugar donde se revelan las memorias más profundas de la infancia. Allí, sin darnos cuenta, buscamos repetir o reparar el primer amor que conocimos: el hijo con su madre, la hija con su padre.

El primer amor de un hijo es su madre: ella es la primera figura de cuidado, de contacto, de nutrición. Si ese vínculo fue seguro, el hombre crecerá con la confianza de que puede ser amado sin condiciones. Pero si fue distante, frío o marcado por abandono, es probable que de adulto busque mujeres que lo hagan sentir lo mismo: que lo rechacen, que lo ignoren, que lo hagan dudar de su valor. Y allí, en la pareja, se activa la herida: el hombre se queda intentando conquistar lo que nunca recibió de su madre.

El primer amor de una hija es su padre: él es la primera figura masculina que le muestra cómo merece ser tratada. Si fue un hombre presente, protector y amoroso, ella crecerá con la certeza de que merece respeto y cuidado. Pero si fue ausente, violento o indiferente, es probable que de adulta busque hombres que repitan ese patrón. Y así, sin darse cuenta, la hija se queda atrapada en relaciones donde revive la herida de su infancia, esperando que esta vez el final sea distinto.

Por eso, la pareja es un espejo tan poderoso: porque no solo refleja lo que somos hoy, sino lo que fuimos en nuestra niñez. Allí se activan las memorias inconscientes, los vacíos no resueltos, las lealtades invisibles con nuestros padres y abuelos.

🔄 Ejemplos de estas dinámicas

- Un hombre que tuvo una madre controladora puede terminar con una mujer que lo domina, y aunque sufra, se queda porque confunde control con amor.
- Una mujer que tuvo un padre infiel puede terminar con un hombre que la engaña, y aunque duela, se queda porque su inconsciente le dice: “esto es lo normal”.
- Un hijo que creció con una madre ausente puede buscar parejas frías, y quedarse allí intentando reparar lo irreparable.
- Una hija que vivió con un padre violento puede atraer hombres agresivos, porque en su memoria el amor y el dolor quedaron entrelazados.

🌱 La oportunidad de la pareja consciente

La buena noticia es que la pareja no solo repite heridas: también puede sanarlas. Cuando ambos se miran con honestidad y reconocen que no están discutiendo por “cosas pequeñas”, sino que están reviviendo dolores antiguos, entonces la relación se convierte en un espacio de transformación.

La pareja consciente comprede que no está aquí para culpar al otro, sino para reconocer lo que cada uno trae de su historia. El hombre que reconoce que busca en su mujer la madre que no tuvo, puede empezar a soltar esa expectativa y relacionarse desde la adultez. La mujer que reconoce que busca en su hombre al padre que le faltó, puede dejar de exigirle que repare lo irreparable y empezar a elegir desde la libertad.

⚖️ El pacto verdadero

La pareja madura no es un contrato de aguante, sino un pacto de crecimiento. No se trata de quedarse “pase lo que pase”, sino de caminar juntos mientras haya respeto, cuidado y verdad. Cuando esos pilares se quiebran, la relación deja de ser un espacio de vida y se convierte en un terreno de desgaste.

El amor auténtico no es la repetición de la herida, sino la creación de un nuevo destino. Y ese destino solo es posible cuando cada uno se hace cargo de su historia, honra a sus padres tal como fueron, y elige no repetir lo que dolió.

✨ Conclusión:
La pareja es el lugar donde se cruzan las memorias de la infancia y las posibilidades del presente. Allí se repiten patrones, pero también se pueden transformar. El hijo que aprendió a amar a través de su madre y la hija que aprendió a amar a través de su padre tienen en la pareja la oportunidad de sanar, de elegir distinto y de construir un amor que no sea esclavitud de la herida, sino libertad compartida.

El camino de la mujer: dignidad, seguridad y libertadPor Nelson Enrique Zamora Psicoterapeuta Transpersonal Escuela de s...
06/10/2025

El camino de la mujer: dignidad, seguridad y libertad

Por Nelson Enrique Zamora
Psicoterapeuta Transpersonal
Escuela de sanación Inti en Ti - Madre Luna.

Una mujer que permanece junto a un hombre que la maltrata, que la engaña o que la deshonra, no está amando: está sobreviviendo en un terreno que la consume. Y no es debilidad, es la consecuencia de siglos de herencia donde se enseñó a las mujeres a callar, a aguantar, a creer que su valor dependía de sostener un hogar aunque ese hogar fuera una cárcel.

El peso de la infidelidad, del maltrato físico o del abandono no es solo personal: es transgeneracional. Muchas mujeres llevan en su memoria el eco de madres y abuelas que soportaron humillaciones porque no tenían opciones, porque la sociedad las condenaba si se atrevían a elegir su libertad. Esa herida colectiva aún late, y se manifiesta en la dificultad de soltar lo que hiere, en la culpa de pensar que irse es fallar, en el miedo a no poder sostenerse solas.

Pero estos tiempos piden otra respuesta. Hoy, la mujer que dice “basta” no solo se defiende a sí misma: honra a todas las que no pudieron hacerlo antes. Cada límite que pone, cada puerta que cierra, es un acto de justicia hacia su linaje y un legado de libertad para las que vendrán.

El hombre irresponsable, abusivo o machista no representa el amor, representa la repetición de un modelo roto. Y quedarse allí, esperando que cambie, es perpetuar la herida. La mujer que se respeta comprende que no está en este mundo para educar a un adulto en lo básico: el respeto, la fidelidad, la responsabilidad. Eso no se enseña, se encarna. Y si él no lo encarna, la salida es la única respuesta coherente.

La necesidad de sentirse segura no es un capricho: es un derecho. Una mujer no debería temer en su propia casa, ni justificar golpes, ni normalizar gritos, ni aceptar la indiferencia como si fuera amor. La seguridad emocional, física y espiritual es la base sobre la cual puede florecer su verdadera esencia.

El amor auténtico no exige renunciar a la dignidad. El amor verdadero no pide soportar abusos ni callar dolores. La mujer que se honra a sí misma sabe que quedarse en un vínculo que la destruye es abandonarse, y que marcharse, aunque duela, es el primer paso hacia la vida plena.

Este es el trabajo del femenino: recordar que su valor no depende de ser elegida, sino de elegirse a sí misma. Reconocer que su fuerza no está en sostener lo que la apaga, sino en crear lo que la nutre. Tener la valentía de mirar a los ojos y decir: “Aquí no sigo”, aunque la historia sea larga, aunque la nostalgia pese, aunque el miedo intente detenerla. Porque la paz y la seguridad siempre serán más valiosas que cualquier promesa rota.

Y así como el hombre tiene su propio camino de aprendizaje, este es el de la mujer. Ambos procesos son distintos, pero se encuentran en un mismo punto: la dignidad. Solo cuando el masculino y el femenino se reconocen libres y completos por sí mismos, pueden encontrarse desde un lugar de verdad y no desde la herida.

Mañana tocaré el tema desde enfoque de pareja.

El camino del hombre en tiempos de cambioPor Nelson Enrique Zamora Psicoterapeuta Transpersonal  Escuela de Sanación Int...
04/10/2025

El camino del hombre en tiempos de cambio

Por Nelson Enrique Zamora
Psicoterapeuta Transpersonal
Escuela de Sanación Inti en Ti – Madre Luna

Un hombre que no sabe despedirse de aquello que lo hiere no está amando: está renunciando a sí mismo. La verdadera fuerza no se mide en la capacidad de resistir el dolor, sino en la claridad de reconocer cuándo un vínculo dejó de ser un lugar de vida y se convirtió en un terreno de desgaste.

Cuando un hombre permanece en una relación que lo traiciona o lo deshonra, no lo hace por amor, sino por miedo. Miedo a la soledad, miedo a no ser suficiente, miedo a no encontrar un lugar donde sentirse visto. Ese miedo no nació en la relación actual: viene de más atrás. Es la herencia silenciosa de generaciones que aprendieron a callar, a soportar, a confundir sacrificio con lealtad. Y así, sin darse cuenta, el hombre carga con dolores que no son solo suyos, sino también de su linaje.

Cada vez que un hombre tolera lo intolerable, repite una historia que no comenzó con él. Tal vez su padre también se quedó donde no lo honraban. Tal vez su abuelo entregó su vida a un vínculo que lo apagaba. Tal vez en su familia se transmitió la idea de que “aguantar” era sinónimo de ser hombre. Pero hoy, en este tiempo de cambios, esa cadena puede romperse.

El hombre que aprende a decir “aquí no” no solo se libera a sí mismo: libera a los que vinieron antes y abre un camino más limpio para los que vendrán después. Su decisión no es un acto individual, es un gesto de sanación que atraviesa generaciones.

El respeto no se pide ni se negocia: se encarna. Y cuando no está presente, la única respuesta coherente es retirarse con dignidad. No con rabia, no con venganza, sino con la certeza de que la vida no florece en un terreno árido. El hombre que se queda esperando migajas emocionales pierde más que a la mujer: pierde su centro, su propósito y su libertad interior.

El amor verdadero no exige renunciar a la propia esencia. El amor auténtico no esclaviza ni humilla. El hombre que se honra a sí mismo comprende que la lealtad sin respeto es autoengaño, y que el amor sin dignidad es prisión.

Este es el trabajo del masculino: aprender a sostenerse en pie, incluso en el vacío. Reconocer que su valor no depende de ser aceptado, sino de ser íntegro. Tener la valentía de mirar a los ojos y decir: “Aquí no sigo”, aunque duela, aunque la nostalgia intente convencerlo de volver. Porque la paz siempre será más valiosa que cualquier historia compartida.

Y es importante aclararlo: este es el camino del hombre, del masculino. La mujer, el femenino, tiene su propio proceso, sus propias heridas y aprendizajes que merecen ser vistos con la misma seriedad y profundidad. Ese será otro tema, otra reflexión, otro espacio. Hoy, la palabra se dirige al hombre, para que recuerde que su verdadera fuerza no está en resistir lo que lo destruye, sino en construir lo que lo honra.

El vínculo como templo: energía sexual, resonancia emocional y sabiduría relacionalPor Nelson Enrique Zamora Psicoterape...
03/10/2025

El vínculo como templo: energía sexual, resonancia emocional y sabiduría relacional

Por Nelson Enrique Zamora
Psicoterapeuta Transpersonal
Escuela de sanación Inti en Ti - Madre Luna.

En el corazón de toda relación íntima vive un pacto invisible, un tejido vibracional que une más allá de las palabras. Ese pacto no se firma con tinta, sino con presencia, deseo, entrega y verdad. Cuando dos seres se eligen, no solo comparten tiempo y cuerpo: comparten campo, destino y memoria. Y ese campo, cuando se cuida, se convierte en templo. Pero cuando se fragmenta, puede volverse ruido, dolor y confusión.

Este artículo es una invitación a reflexionar profundamente sobre cómo la energía sexual, la intuición y el cuidado del vínculo afectan no solo a la pareja, sino al alma de cada uno. No desde la ciencia, sino desde la sabiduría vivida, la experiencia emocional y la mirada sistémica que reconoce que todo está entrelazado.

🌿 El vínculo como campo compartido

Toda relación de pareja —no solo la sexual— crea un campo energético compartido. Es como un jardín invisible donde florecen memorias, emociones, pactos y silencios. Ese campo se alimenta de la presencia mutua, del respeto, de la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.

Cuando uno de los dos se abre a otra intimidad, ese campo se altera. Aunque no haya confesión, el otro lo siente. No porque tenga pruebas, sino porque su cuerpo emocional lo registra: algo cambió, algo se rompió, algo ya no responde igual.

Este fenómeno ocurre en vínculos profundos, donde la resonancia es tan intensa que la ausencia se vuelve elocuente, y el silencio grita más que las palabras.

🔥 La energía sexual como pacto vibracional

La sexualidad no es solo placer ni biología. Es una forma de decir: “te reconozco”, “te recibo”, “te habito”. Cada acto íntimo es una declaración energética, una siembra en el campo compartido.

Cuando se vive con conciencia, la energía sexual:

- Fortalece el vínculo, porque hay entrega genuina.
- Limpia heridas, porque hay presencia y verdad.
- Eleva la vibración, porque hay amor y cuidado.

Pero cuando se vive desde la evasión, la búsqueda de validación o el deseo inconsciente, la energía sexual:

- Fragmenta el campo, porque hay ruido y confusión.
- Deja huellas ajenas, que se mezclan con las propias.
- Crea interferencias, que el otro percibe como ausencia, desajuste o traición.

Es fundamental comprender que no se trata solo del acto sexual en sí, sino del vínculo de pareja como totalidad. La energía compartida incluye la mirada, la palabra, el cuidado, la intención. Cuando ese pacto se rompe —aunque sea con una sola persona fuera del vínculo— todo el campo se ve afectado.

🌀 Lo sistémico: cómo afecta a todo

Desde una mirada sistémica, cada acto íntimo y cada decisión relacional no solo afecta a la pareja, sino al sistema emocional, familiar y espiritual de cada uno. Cuando hay promiscuidad inconsciente o intercambio energético sin cuidado:

- Se activan lealtades invisibles con historias pasadas.
- Se repiten patrones de abandono, traición o confusión.
- Se contamina el campo personal con energías que no pertenecen, generando ansiedad, tristeza o desconexión.

Y no se trata únicamente de múltiples parejas. Incluso una sola relación sexual con alguien que no es la pareja estable —cuando se hace desde la ruptura, la evasión o la inconsciencia— rompe el campo compartido. Ese acto, aunque sea único, abre un nuevo vínculo energético, que puede ser positivo si hay conciencia y verdad, o negativo si hay ocultamiento, confusión o fragmentación emocional.

Ese nuevo vínculo no solo afecta a quien lo vive, sino también a quien estaba conectado. Porque el campo anterior se cierra, y el cuerpo emocional del otro lo percibe como pérdida, como vacío, como intuición que no puede nombrar.

💔 Ejemplo simbólico: cuando el otro lo siente

Imaginemos una mujer que está en crisis dentro de su relación. Él, desde la distancia, ha intentado sostener el vínculo, pero ya no hay reciprocidad. En algún momento, él se abre a otra relación y tiene intimidad con alguien más. Ella, sin saberlo, lo siente. No porque lo haya visto, sino porque su cuerpo emocional lo registra: algo cambió, algo se rompió.

Ella quiere reparar, pero ya es tarde. Él ya no está disponible. Lo que ella siente no es solo la ausencia, sino la vibración de otro cuerpo en el campo, la pérdida del pacto, el cierre no verbal.

Este ejemplo muestra que la intuición es sabia, que el cuerpo sabe antes que la mente, y que la verdad energética siempre se revela, aunque no se diga.

🌱 Las ventajas de una pareja estable y consciente

Una pareja que cuida su vínculo y su energía sexual construye un campo limpio, coherente y poderoso. Las ventajas son profundas:

- Confianza intuitiva: ambos comprenden que lo que sienten es real.
- Presencia emocional: hay disponibilidad, cuidado y verdad.
- Sanación compartida: el vínculo se convierte en medicina.

En cambio, cuando hay intercambios energéticos fuera del vínculo —aunque sea con una sola persona— sin conciencia ni cierre, el campo se llena de interferencias, y la relación se vuelve frágil, confusa, dolorosa. Incluso puede conducir al rompimiento definitivo del vínculo.

🕊️ Enseñanza: cuidar el fuego, honrar el templo

La energía sexual es fuego. Puede iluminar o quemar. Cuando se usa con conciencia, fortalece el amor, limpia el alma y sostiene el vínculo. Cuando se usa desde la inconsciencia, fragmenta, confunde y deja heridas invisibles.

Cuidar el vínculo es cuidar el alma. Es elegir la verdad, la belleza y la presencia como pilares del amor. Es decirle al otro: “te honro, te cuido, no traigo ruido a nuestro campo”.

Porque el cuerpo sabe, el alma recuerda, y el amor verdadero siempre elige la dignidad y la lealtad amorosa.

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