14/04/2022
Tantas cosas que amo de esta foto que debo compartir.
En primer lugar, esta mágica cascada natural (15 metros de profundidad) se encuentra cerca de , un pequeño pueblo al sur de en , mi país de origen.
Nos bañábamos y limpiábamos en estas aguas curativas y tomábamos tanto sol como podíamos.
Hicimos varias fotos con la típica de yoga en las rocas porque la vista era impresionante, pero después de revisar las fotos me encontré con esta donde mi hija se sentó detrás de mí para "meditar" en la roca.
Comenzó a hacer oming y a hacerse la chistosa después de un episodio en el que sintió mucho miedo de sumergirse bajo el agua solo unos minutos antes. Estaba llorando y no quería estar más en el agua, quería salir, se sentía insegura. Pensé que tendríamos que acortar el viaje porque no se sentía muy bien; pero después de 5 minutos de expresar sus sentimientos y verbalizar lo que había sucedido, pasó del llanto a la diversión.
De esta experiencia tomo que nosotros como adultos guardamos nuestros miedos y nuestras dudas adentro y no damos lugar a que las emociones pasen a través de nosotros, y tal vez necesitamos aprender de l@s niñes y permitir que todas nuestras emociones se manifiesten en nuestros cuerpos y luego liberarlos, permitiendo que nuestras aguas internas limpien todo lo que ya no nos sirve.